Una producción que costó 1,2 millones de dólares, dos figuras conocidas como protagonistas y un guión sangriento, prometían llevar al film independiente “Zyzzyx Road” a convertirse en un gran negocio. Pero no la vio nadie. Bueno, nadie no. Seis personas pagaron su entrada en el Teatro Highland Park Village de Dallas, allá por febrero de 2006 y así obtuvo unos miseros 30 dólares, que le valieron el título de la película con la menor recaudación desde que se tienen registros.
Por: Clarín
La apuesta había sido fuerte y el equipo que trabajó en el film no era un grupo de improvisados. El joven director y guionista de Hollywood John Penney se había ganado su respeto en la industria después de trabajar en el drama “El asesino silencioso” y el film de culto “El Regreso de los Muertos Vivientes 3”. En abril de 2004 planeaba dar el salto como director y para eso tenía una historia de acción y suspenso entre manos a la que sólo le faltaba financiación. Allí entró en escena Leo Grillo, un actor de 52 años con más entusiasmo que talento, que en realidad tenía un buen pasar económico gracias a DELTA Rescue, su empresa de rescate de mascotas?.
El plan de Grillo era lograr el dinero y la repercusión necesarias para cumplir el sueño de protagonizar un film que incluyera a sus animales y el proyecto de Penney representaba su trampolín perfecto. Se asociaron y salieron a buscar inversores. “Nunca lo había visto a Grillo directamente, y mucho menos lo había visto actuar”, dijo Penney a Entertainment Weekly allá por 2007. “Para mí fue como, bueno, ¿qué es lo peor que podría pasar? Si la película no sale bien, nadie la ve y listo”. Con un presupuesto inicial de 750.000 dólares (que luego se extendería a 1,2 millones) el siguiente paso era darle forma al elenco y atraer nombres fuertes que convocaran al público.
Grillo sería el protagonista, pero a su lado consiguieron figuras importantes para la época. Tom Sizemore, reconocido por su participación en “Rescatando al soldado Ryan”, “Pearl Harbor” y “La caída del halcón negro”, le dio un impulso al film que también incorporó a Katherine Heigl acababa de ser contratada para tener un importante papel en la nueva apuesta de la cadena televisiva ABC “Grey’s Anatomy”. Cuatro meses después, la producción estaba lista para iniciar el rodaje.
La sinopsis de la película, describe: “Grant (Leo Grillo), un contador con un matrimonio conflictivo y una hija a la que adora. En Las Vegas conocerá a Marissa (Heigl), pasando un fin de semana de romance que termina con su exnovio (Sizemore) intentando matarlos, aunque será Grant quien lo mate. Con la ayuda de Marissa, enterrarán el cadáver cerca de la carretera llamada Zyzzyx Road (que existe de verdad), pero a la mañana siguiente el cuerpo del difunto desaparece”.
Sin embargo las tres semanas de rodaje fueron un suplicio. Para empezar no fue sencillo trabajar bajó el caluroso sol del desierto de Mojave, en California, y sus 43 grados. Además, la fauna del lugar también complicaba las cosas: la constante aparición de serpientes cascabel obligó a contratar a un especialista para manejarlas y así no tener que frenar la grabación constantemente, también había escorpiones y hormigas toro.
Heigl, por su parte, dejó el glamour de lado y se puso la peli al hombro. “Estuvo en el set todos los días menos uno, cuando ABC la tomó prestada para grabar las promociones de ‘Grey’s Anatomy’. Corrió por el desierto y odiaba el desierto”, contó Grillo a EW. “En una escena de la película ella tenía que caer a la tierra, y lo hizo más de 10 veces. Cada vez que caía se levantaba con pequeños pedazos de cactus, y le dolía, pero seguía haciéndolo. Después, ella tenía un millón de marcas rojas en su brazo”, añadió sobre la actriz que por entonces tenía 26 años.
Sizemore tenía un trato diferencial, él grabaría las escenas por separado y todo se había organizado para que llegara al set algunos días más tarde. Pero su arribo fue bastante turbulento. El mismo día en que debía comenzar a filmar, fue arrestado. El actor venía con una condena por golpear a su ex novia, Heidi Fleiss, en 2003, pero la causa había sido suspendida para que pudiera tratar sus adicciones. Estaba en libertad condicional y justo cuando debía empezar su trabajo en la película tuvo que dar una prueba de drogas que no pudo superar. El peso de su nombre logró que pudiera llegar al set unas horas más tarde y finalmente el conflictivo rodaje pudo llegar a su fin.
Aunque la historia terminó tan mal, que Grillo y Penney decidieron bajar el perfil y ahorrar costos. No hubo un estreno a la altura del millón de dólares y las estrellas del elenco: sin entrevistas, ni fotógrafos, ni alfombra roja, ni siquiera se organizó una reunión del elenco para verla. Los productores alquilaron un pequeño teatro de Dallas para proyectarla durante una semana y así cumplir un requisito del Sindicato de actores: si la película tenía un estreno nacional, los sueldos de los protagonistas podrían ser recortados. Así que gastaron 1.000 dólares, alquilaron una modesta sala durante una semana y apuntaron a que la cinta se vendiera en el exterior para recuperar algo de los enormes costos de la filmación. “En realidad no queríamos una audiencia, cuando terminamos el rodaje y la vimos nos dijimos, ¿cuál es la forma más barata de salir de este desastre?”, relató Grillo.
El objetivo era que nadie se enterara de la existencia del film, para que pudieran reorganizarse y lanzarla un tiempo después, cuando la fama de Heigl y Sizemore (Grey’s Anatomy pronto se convirtió en uno de los programas de mayor audiencia de la televisión, y Sizemore consiguió un reality show VH1) fuera aún mayor. Mientras tanto, un recorrido vía DVD por Europa le daría algo de dinero fresco para recuperar algo de aquella inversión.
Seis personas vieron la película en aquella semana de febrero, entre ellos una de las maquilladoras del staff, que vivía en Dallas y sintió curiosidad al ver el título en aquel ignoto teatro. “Al principio pensé que era una broma. Sí, claro, ¿de todos los lugares van a estrenar esto en Dallas, tan lejos de donde lo filmamos? Supuse que lo harían en Los Ángeles”, contó la mujer a la revista estadounidense.
Sin embargo, el plan seguía su rumbo a la perfección. Lograron vender la película en 23 países, incluidos Bulgaria, Indonesia y Portugal y para finales de 2006, habían generado alrededor de 368.000 dólares sin que nadie se enterara que de la existencia de la película. Pero el sueño se pulverizó cuando ese ínfimo monto obtenido en la taquilla estadounidense comenzó a llamar la atención de los medios. Los 30 dólares recaudados y los seis espectadores que la vieron se convirtieron en un problema, ya que la noticia fue presentada en Variety, New York Times y las principales publicaciones cinéfilas del país. En cuestión de días Penney y Grillo eran el hazmerreír de Hollywood.
“Mis amigos (de la industria) comenzaron a mandarme todo tipo de bromas y frases ingeniosas”, recordó Penney. “Al mismo tiempo, las personas en el mundo real te miran como si alguien se hubiera muerto en tu familia. ‘Lo siento mucho’. ‘¿Estás bien?’, me decían. Pensaban que iba a ponerme un arma en la cabeza o algo así”.
El plan se hizo añicos y, a pesar de que en 2010 se estrenó en DVD también en Estados Unidos, ya no hubo forma de dar vuelta la historia. A pesar de todo Grillo y Penney siguieron trabajando juntos y todavía tienen la ilusión de que el título de “El mayor fracaso de la historia de Hollywood” sirva para convertir a “Zyzzyx Road” en un film de culto y que por fin sea valorada.