El primer día de flexibilización por la cuarentena en Lara fue caótico para el sector bancario cuyas agencias lucieron repletas de usuarios ávidos de efectivo o que requerían realizar algún trámite pero que debieron formarse en largas colas durante horas.
“Ya los bancos no se dan abasto con tanta gente, porque solo está funcionando una agencia. Deberían plantearse otra estrategia y abrir más oficinas porque meterse en estas colas es crear aglomeración de personas”, dijo Margarita González quien se encontraba en el Banco Provincial desde muy temprano intentando cambiar la clave de su tarjeta.
Por Rojas / Díaz | LA PRENSA de Lara
Y es que las colas y la desesperación de los usuarios por ser atendidos fue un panorama común en todas las agencias que además presentaron fallas en sus servicios. Tal es el caso del banco Mercantil, donde el cajero automático además de no tener dinero para retiros, el sistema estaba muy lento.
“Solo un cajero está funcionando y ni siquiera está dando efectivo. Ya tengo más de una hora en cola y lo que haré es actualizar la clave de la tarjeta”, aseguró Martín Chirinos.
Los guaros solicitaron que en los próximos días de flexibilización se abran otras agencias. Comentaron que intentaban hacer pequeños trámites que no pudieron hacer en casa como cambios de clave, actualización de datos y solicitudes de estado de cuenta.
“Tuve que ir a la agencia porque necesitaba actualizar el número de teléfono para que me llegue la clave de las transferencias y pago móvil, pero esto es un desastre, además no sé si nos puedan atender a todos antes de que cierren”, comentó Belgía Mendoza.
Sufren en las colas
Los adultos mayores desde la noche del domingo pernoctaron en las entidades con la esperanza de ser atendidos, sin embargo resultó, muchos abuelos tuvieron que devolverse a casa sin lograr siquiera entrar al banco y luego de horas sin dormir ni comer.
La señora Reina Rodríguez, desde la noche del domingo se encontraba en la cola, luego de recibir la información de que no sería atendida se sentó en la acera y rompió en llanto pues no puedo gestionar su tarjeta de débito.
“Pasé toda la noche aquí e igual no me atendieron, ni porque estoy bastante vieja dejaron que pasara, necesito mi pensión para poder comprar mis medicinas”, manifestó entre lágrimas Rodriguez quién llevaba más de 10 horas en cola.
Al igual que Rodríguez, otros abuelos manifestaron su indignación por las horas de espera sin ser atendidos pese a sus condiciones de salud y avanzada edad. Piden abrir más agencias y extender los horarios de atención al público.