Irlanda ha echado el freno en la desescalada y retrasará el inicio de la Fase 4, prevista para este lunes, hasta el próximo 10 de agosto, a fin de evitar «una segunda ola» de contagios de coronavirus, explicó hoy el ministro de Sanidad, Stephen Donnelly.
Las autoridades habían adelantado al 29 de junio la anterior fase ante la buena marcha de la reapertura de la economía, si bien decidieron que los pubs y clubes nocturnos permanecieran cerrados hasta este lunes y que el uso de mascarillas no era obligatorio fuera del transporte público.
No obstante, el nuevo Gobierno de coalición, formado el pasado 27 de junio entre los dos grandes partidos irlandeses -centristas y democristianos- más los verdes, ha apretado el «botón de pausa», en palabras de su primer ministro, Micheál Martin.
«El consejo de los expertos en salud pública es que si abriéramos ahora mismo (pubs y discotecas) podría aumentar sin duda la posibilidad de una segunda ola y eso no es un riesgo que podamos tomar», declaró este jueves Donnelly a la emisora pública RTE.
El ministro de Sanidad reconoció que es un «duro golpe» para los empresarios del sector del entretenimiento y turismo, uno de los motores de la economía nacional, pero insistió en que «se ha dado prioridad» a los «centros de salud» y a la «próxima apertura de las escuelas».
Desde el pasado 29 de junio, solo pueden abrir sus puertas los pubs y bares que sirvan comidas en mesa -con un precio mínimo de nueve euros- a grupos de hasta cuatro comensales, quienes disponen de 105 minutos en el establecimiento.
A partir de este lunes, indicó hoy Donnelly, será obligatorio el uso de mascarillas en tiendas y centros comerciales, mientras que se mantienen las restricciones sobre eventos y reuniones, y las medidas de distanciamiento social.
EFE