Cuando los convoys de soldados o policías federales avanzan a través de los matorrales, los narcos saben que vienen.
Un “halcón” —o vigilante— emite la alerta, equipado con un radio portátil de alta tecnología y pagados para trabajar como un centinela. La señal de radio viaja a lo profundo de la árida campiña, a horas a pie del camino más cercano. Allí las ramas verde oscuro de 2.4 metros de altura de la jara ocultan una torre de radio para que pase inadvertida.
Las narco-antenas se han convertido en un dolor de cabeza para las autoridades, pues a través de ellas, los cárteles de la droga han instalado un sistema oculto de telecomunicaciones que le permiten coordinar la entrega de drogas, efectuar secuestros, extorsiones y otro delitos con la inmediatez de una moderna agencia policial.
Las también conocidas como “antenas parásito” son una herramienta indispensable para las organizaciones criminales, pues a menudo están encriptadas y, a diferencia de las redes celulares comunes, la ubicación no se puede identificar fácilmente.
Según la agencia de noticias de Reino Unido, Reuters, para este sistema, los narcos utilizan las torres de celulares de compañías importantes en México, muchas de ellas instaladas en zonas rurales. Al pie de la torre, los cárteles colocan una estación base, que genera ondas de radio, por lo regular escondidas en una maleta o en un refrigerados para la protección del sol. Más arriba instalan antenas parásitas para proyectar la señal.
En este tipo de instalaciones, los capos son particularmente descarados, pues las maletas o refrigeradores que utilizan, muchas ocasiones tienen las iniciales del grupo criminal al que pertenecen. “Esta antena pertenece a Los Zetas…. si surge algún problema llame a [número telefónico]”, es uno de los mensajes que recuerda haber encontrado un ex trabajador de Huawei Technologies Co, según cita Reuters.
Las compañías de telecomunicaciones han reconocido el silencio de las autoridades sobre las narco-antenas, donde también permea el robo de material de electricidad por parte de células delictivas.
Los Zetas, un sanguinario cártel mexicano que se hizo con el control de los estados mexicanos en 2005, han utilizado equipos de radio para difundir amenazas en las frecuencias de los saldos, como también lo ha hecho el Cártel de Sinaloa, el pasado 17 de octubre, durante la liberación de Ovidio Guzmán.
Al menos hasta fecha reciente, los cárteles controlan a su gente por computadoras que permiten ejercer un complejo control de las señales de radio, permitiéndoles dirigir sus telecomunicaciones a radios específicos sin que otros escuchen.
El sistema de radio es una red de bajo costo, fácil mantenimiento y ampliación.