Seguimos contabilizando la destrucción de Venezuela aunque todos los números y estadísticas se pierdan de vista y de cualquier nivel de comprensión. Los venezolanos que vivimos fuera al denunciar, expresar, sensibilizar o intentar motivar el apoyo internacional nos encontramos con un altísimo nivel de escepticismo, no por falta de humanidad sino por incredulidad ante cada detalle de como el comunismo a la venezolana, con asesoría de los fracasados del mundo ataca sin compasión a su pueblo. Si esto es así a niveles de exiliados políticos quienes también vemos el padecer de la diáspora viviendo al día en cuartos alquilados, trabajando en “loquesea” cuando allá en el país que los vió nacer tienen una profesión universitaria y su casa propia, imaginen mis lectores no venezolanos como será vivirlo en carne propia. Rogar a Dios por tener luz, agua y que se consiga algo que hacer para comprar lo del día; cuidado si enfermas aunque sea de una simple gripe, no hay instalación sanitaria que funcione, sin dinero efectivo, sin moneda válida, sin gasolina, sin gas, ver en la calle a los mendigos comer de la basura quienes hasta hace unos años eran una clase media en crecimiento, el transporte público es una vergonzosa colección de chatarra, total castigo por todas partes, malvivir a la orden del día. Nada ni nadie se escapa de esta venganza de la tropa de resentidos más nefasta sobre la faz de la tierra y mucho menos se salvaría la bóveda de dónde salió el financiamiento para llegar hasta donde estamos: PDVSA
Desde hace ya 15 años, por allá por 2005 ya se sabía y se palpaba que el rumbo de nuestra primorosa y digna de orgullo empresa petrolera iba a toda máquina hacia el oscuro hueco de la ruina, ya Chávez había dado las coordenadas para ubicarnos en el último lugar. Hoy en día millones de Venezolanos vemos con tristeza e impotencia que después de tener una de las cinco mayores empresas petroleras del planeta, tanto en producción como en Organizacion, como lo fue nuestra PDVSA, sumando a esto que somos dueños de las reservas de petróleo más grandes del mundo apodandonos como la Arabia Saudita de América Latina por la robustez de la empresa.
Hoy la vemos destruida, arruinada, desmantelada y el pueblo Venezolano pasó a ser el segundo más pobre del planeta, gracias a la peste más perversa de la humanidad como lo es el narcocomunismo.
Según el último boletín mensual de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (O.P.E.P), Venezuela redujo su producción a 390.000 barriles de petróleo diario b/d lo cual se compara con lo que se producía en el año 1935 o sea, un retroceso de 85 años. En diciembre del año 1998 cuando Chávez ganó la presidencia la producción era de aproximadamente 3.500.000 b/d y fue también en una época el segundo productor de crudo y el primer exportador del mundo.
Esta tierra pródiga que es mi patria tiene, según datos de la Agencia de Información de Energía de Estados Unidos, las mayores reservas de crudo del mundo, con 303.000 millones de barriles, por encima de Arabia Saudita, Canadá, Irán, Irak y Kuwaitt, y seis veces más grandes que las de Estados Unidos (47.000 millones) y quedamos sin estructura para explotar, producir y comercializar nuestro tesoro natural. Era casi imposible arruinarla y esta gentuza de ambición desenfrenada la desguazó sin miramientos.
Revisando los análisis de los estudiosos en la materia petrolera, las consecuencias de la debacle y la ruina de esa gran industria de todos los venezolanos, se llegó a una series de conclusiones que explican que la caída paulatina de la producción petrolera coincidió con el despido, entre 2002 y 2003, de 20.000 trabajadores de la industria por parte del gobierno de Chávez, por haberse sumado a un paro laboral en su contra, también se destaca que el aumento de los impuestos a las actividades petroleras, del porcentaje de regalías al Estado venezolano y la participación del gobierno en las empresas de la industria, en 2008, también favorecieron la caída. Otra de las tantas causas, la falta de inversión estatal en mantenimiento de plataformas y taladros, con particular acento desde 2008. Menciona, además, la ausencia de inyección de recursos públicos y privados en proyectos de exploración y explotación, y el cambio de la finalidad de PDVSA. Le asignaron una serie de misiones, como la de comprar y vender comida o construir casas, que no son propias de ninguna industria petrolera seria. Para eso, está el resto de la estructura del Estado venezolano.
Según los especialistas en la materia la disminución de la producción comenzó a notarse en los reportes de la OPEP desde 2004. Fue leve hasta 2008, mucho más pronunciada en los últimos seis años y más marcadamente en los últimos tres. Lo insólito fue que la industria llegó a tener 120 taladros operativos y el día de hoy no tiene ni UNO en funcionamiento. Pero lo que definitivamente la acabó hasta ver las cenizas de lo que es hoy en día fue la estructura corrupta que montaron para que los ingresos fueran a parar a los testaferros de Rafael Ramírez, Diosdado Cabello Rondón, Tarek El Aissami y por supuesto de la narcofamilia presidencial quienes mueven fichas para exprimir a esta otrora abundante fuente de ingresos
Más datos inverosímiles de la estatal petrolera son los referentes a la nómina de empleados, cuando Chávez llegó al poder había 38.000 mil trabajadores, de los cuales luego del paro en el 2002 botó a 20.000 pero ya para el 2008 había 160.000 trabajadores con la incorporación de tercerizados y nuevas contrataciones, con las cuales nunca cumplieron a cabalidad
Solo es un vuelo rasante, un análisis superficial y ya es suficiente para mostrar el cronograma de destrucción, el barbarazo que acabó con todo, sin contar con los presidentes que colocaron empezando por Rafael Ramírez y la serie de militares ineptos conllevaron a matar a la gallina de los huevos de oro.
Con razón Dios se llevó al primer responsable e ideólogo de este plan de demolición a la quinta paila del infierno, se impuso la justicia divina.
Les confirmo, viendo desde la cárcel del exilio el sufrimiento que vive mi gente que no descansaré en la denuncia y la difusión de lo que pasa en mi país para contribuir y coadyuvar a que se logre nuestra liberación.
Consciente de que la única vía posible para combatir y arrancar del poder a estos arrastrados del imperio narcocriminal cubanos es por la fuerza. Son malandros y hay que aplicar la ley de la intervención con ayuda Internacional.
No le gusta a mucho esta posición pero no estamos tratando con gente sino con lacras infrahumanas. Sigo dando la guerra con lo que nos queda LA PLUMA Y LA PALABRA
José Gregorio “El Gato” Briceño Torrealba
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Fuente: http://gatobriceno.blogspot.com/2020/07/barbarazo-petrolero-acabaron-con-todo.html