Vómitos con sangre, dificultad para respirar, dolor muscular y fiebre son algunos de los padecimientos que presentan algunos reclusos en la sede de la Policía Municipal de Simón Bolívar (PoliBolívar) en el estado Anzoátegui.
Familiares de los privados de libertad explicaron al equipo del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) que desde hace varias semanas un grupo de presos tiene síntomas compatibles con tuberculosis o paludismo, por lo que presumen que hay un brote dentro de los calabozos donde hay personas con diagnóstico previo de estas enfermedades infecciosas.
“Mi esposo tiene más de dos semanas con fiebre, llegó al punto de que ya no se sostiene solo. Tengo miedo de que muera y no lo quieren trasladar a un hospital porque los funcionarios piden una orden de un tribunal, donde ni siquiera nos responden los escritos porque están paralizados”, relató una mujer desesperada por la situación.
“Mi hijo está igual y ya no sabemos qué hacer, los funcionarios no hacen más que decir que no los pueden trasladar sin órdenes de un tribunal, pero por amor a Dios ellos se están muriendo”, exclamó una madre angustiada.
Las mujeres, quienes no son identificadas por temor a represalias, clamaron asistencia médica para más de 200 presos que permanecen recluidos en los calabozos de este centro de detención preventiva.
Según datos recolectados por el OVP, en PoliBolívar existen dos calabozos de hombres distribuidos de la siguiente manera: en la parte superior albergan a 97 personas y en la parte inferior se encuentran más de 100 detenidos.
“Tenemos información de que la capacidad instalada de este recinto es para 50 personas y el porcentaje de hacinamiento es de al menos 294% . Esto es muy grave, las condiciones no son las apropiadas”, sentenció Carolina Girón, directora del OVP, quien además se mostró muy preocupada por esta situación que afecta a la mayoría de los calabozos policiales en el territorio nacional.
De la misma forma, Girón manifestó que resulta de extrema urgencia que todos los presos sean evaluados. “Es necesario además que los detenidos que padecen tuberculosis o paludismo sean aislados del resto de la población, ambas enfermedades son sumamente contagiosas y podemos estar ante la presencia de un brote de estas terribles enfermedades que han acabado con la vida de muchos presos en Venezuela”.
Por último, la directora del OVP exigió una inspección exhaustiva en éste y otros centros policiales de la región, a modo de constatar las condiciones de los privados de libertad y las denuncias de sus familiares.
Prensa Observatorio Venezolano de Prisiones