El avión presidencial mexicano volverá al país en las próximas horas tras permanecer más de un año y medio varado en Estados Unidos, dijo el miércoles el mandatario, Andrés Manuel López Obrador, que sigue intentando venderlo para derribar un símbolo de la opulencia de sus antecesores.
El Gobierno dijo el 13 de julio que estaba considerando una oferta de 120 millones de dólares por el lujoso Boeing 787 Dreamliner de su predecesor, Enrique Peña, luego de que un posible comprador no identificado ofreciera pagar parte en efectivo y parte en equipo médico.
“Va a llegar hoy, creo que sale al mediodía, a las diez, doce”, dijo el miércoles López Obrador sobre la aeronave, que tiene 25 metros de ancho y 80 metros de largo, y está equipada con sala de juntas, cama “king-size” y un baño de mármol.
El presidente ha hecho de la austeridad un pilar de su gestión. En un viaje a Washington a principios de julio para reunirse con su homólogo de Estados Unidos, Donald Trump, se desplazó en un vuelo comercial, transporte que emplea habitualmente en las giras por su país.
El miércoles reiteró que “sigue el compromiso de la compra” del ostentoso Boeing. “Ya incluso hubo una aportación, un anticipo; sin embargo, no hay ningún problema de entregarlo aquí o entregarlo en Estados Unidos”, detalló.
AMLO, el acrónimo por el que se conoce al mandatario, prometió desde la campaña a las elecciones que le llevaron al poder en 2018 que se desharía del avión, pero al no encontrar comprador anunció en enero que lo iba a rifar entre la población en un sorteo de la lotería nacional.
Ante las burlas de algunos críticos que arreciaron en las redes por lo aparatoso del premio, aclaró que la aeronave no será el premio de la rifa, sino su valor en metálico. El dinero procederá de los decomisos de bienes al crimen organizado y lo que se recaude se destinará al sector salud. Mientras tanto, el Boeing sigue en venta.
Reuters