Los detalles que reveló el resultado preliminar de la autopsia realizada sobre el cuerpo de Julieta Del Pino, de 19 años, son escalofriantes. A la joven, el viernes pasado, un amigo de su hermano la interceptó en una calle de la localidad santafesina de Berabevú. Luego, la llevó a su domicilio, la golpeó brutalmente y la estranguló hasta matarla. Una vez muerta, la arrastró hasta el patio y finalmente la arrojó al interior de un pozo y la tapó con cal y tierra para enterrar lo que había hecho.
Con información de Infobae
Sin embargo, rápidamente el crimen quedó al descubierto. El sábado pasado, los investigadores hallaron el cuerpo en el patio de la casa de Cristian Romero, de 28 años, el principal sospechoso y que por estas horas cumple con la prisión preventiva. Romero es conocido por la familia de la víctima ya que trabajaba con su hijo como albañil.
Esta mañana, Fabiana Morón, la madre de la joven, contó: “Esta persona venía a casa porque es compañero de trabajo de mi otro hijo mayor porque trabajan juntos de albañil. Él le mandaba mensajes pero Julieta nunca nada, nunca fueron novios”; sin embargo, diversos medios han señalado que el feminicida era expareja de Julieta. La mujer dijo además que Romero “es un enfermo” ya que después de que Julieta desapareciera fue a trabajar el sábado: “Estuvo toda la mañana trabajando con mi hijo como si nada hubiera hecho y cerca del mediodía le dijo que iba a ayudar a buscarla”, explicó en diálogo con Radio 2-Rosario.
Así, mientras el hecho mantiene en vilo a los ciudadanos de Berabevú, el imputado quedó en prisión preventiva en el marco de la investigación por el femicidio de Julieta. Los fiscales Susana Pepino y Matías Merlo le atribuyen la autoría del delito y le imputaron el homicidio agravado por el vínculo y por ser cometido en un contexto de violencia de género.
Según detallaron los investigadores, alrededor de las 23:30 del viernes pasado Romero se trasladaba por las calles de Berabevú en un vehículo. Allí, tras seguirla, interceptó a Julieta, que salía del quiosco donde trabajabaen las inmediaciones de Simón de Iriondo y el pasaje Padre Galeano.
Tras un breve intercambio de palabras, la joven fue llevada a la casa del hombre ubicada en calle Güemes al 300. Y una vez dentro, el horror.
“El imputado la golpeó y le causó múltiples hematomas en el rostro. Luego la estranguló con sus manos y le causó la muerte por asfixia”, dijeron los funcionarios judiciales.
Y siguieron: “Una vez muerta, la víctima fue arrastrada por el imputado hasta el fondo de la casa y la arrojó a un pozo. Luego le tiró cal y tierra para taparla con una loza de cemento”.
Según indicaron las fuentes, Julieta, minutos antes de ser interceptada por Romero, mantuvo una conversación por teléfono con su madre y allí le avisó que estaba volviendo a su casa, por lo no podía tardar mucho más. Sin embargo, Julieta nunca apareció.
Las horas pasaban, entonces la madre, preocupada, realizó la denuncia en la policía local. A partir de allí, la fiscal Pepino dispuso que efectivos de la Agencia de Investigación Criminal, de la Agrupación de Unidades de Orden Público de Berabevú, personal de la Sección Canes y bomberos iniciaran una serie de rastrillajes.
En base a testimonios y el elevamiento de cámaras de seguridad de Berabevú, los investigadores comenzaron a sospechar de Romero, ya que quedó filmado cuando la interceptó. Previo a su detención, debió ser rescatado de un grupo de vecinos que intentó lincharlo. La fiscal Pepino dispuso finalmente un allanamiento en su casa, donde hallaron el cadáver de Julieta enterrado en el patio en un pozo tapado con cal.
De acuerdo a los primeros datos de la investigación, en ese mismo domicilio el hombre vivía con su pareja embarazada.
“Finalmente, con la ayuda de los perros entrenados se pudo encontrar el cadáver de la mujer”, dijeron los fiscales y concluyeron que “el hombre que hoy quedó en prisión preventiva fue detenido en horas de la noche del sábado en el marco de un allanamiento realizado con la debida autorización judicial”.
También se ordenaron una serie de allanamientos en la localidad de Godeken, a unos 10 kilómetros de Berabevú, en busca de otra persona que habría participado del hecho.
Luego de conocerse el femicidio, vecinos, familiares y organizaciones de mujeres realizaron manifestaciones tanto en Berabevú como en Rosario para pedir Justicia. “Necesito que no me abandonen, necesito que me ayuden a seguir pidiendo justicia porque mi Julieta puede ser cualquier Julieta de ustedes”, expresó esta tarde la madre de la joven. “Que se haga justicia me dejará algo de paz, y si hay más cómplices, que aparezcan”, agregó Fabiana Morón, que también señaló que “Pupi”, como era apodada su hija, “era un amor, un sol como toda hija, mi compañera”.
“Todas tenemos hijas y todas son libres o eran libres en nuestro pueblo. Todos confiábamos en todos y éramos amigos… y ahora sabés que no es así, que cualquiera nos puede arrebatar a nuestra hija en tres cuadras”, sostuvo la mujer.