Ha sido muy difundido un artículo publicado en el diario español El País, firmado por Joaquin Villalobos, titulado: Venezuela, la intervención consentida, en referencia a un libro recién publicado con el seudónimo Diego G Maldonado, en el texto el exguerrillero salvadoreño señala: “No recuerdo semejante subordinación y pérdida de dignidad en la izquierda”. En otro párrafo resume su interpretación sobre el contenido del libro: “La invasión consentida es una extraordinaria investigación periodística que cuenta cómo un país rico se sometió voluntariamente a un país que el propio Castro definía como “pobrecito”.
El Partido Comunista de Venezuela, claro el de otro tiempo, enfrentó a Fidel Castro y a la dirección cubana, cuando desde la isla se le pretendió imponer la conducta política a seguir, primero oponiéndose a que el Che Guevara viniera a dirigir la guerrilla, luego cuando se inició el proceso de rectificación del gravísimo error que constituyó la lucha armada de la década de los sesenta, Granma el órgano oficial del Partido Comunista Cubano, dedicó varios editoriales acusando a los dirigentes del PCV, de “traidores” y “revisionistas”. De esos episodios hay testimonios documentales, recogidos en varios libros, entre ellos uno de Pompeyo Marquez titulado: Una Polémica Necesaria.
Era otro tiempo y también era otro partido, independientemente de los errores cometidos aquella vieja organización, donde militaban Pompeyo, Teodoro Petkoff, Freddy Muñoz, Argelia Laya, Eloy Torres, Manuel Caballero, Carlos Arturo Pardo, para solo mencionar unos pocos, de quienes fundaron el Movimiento al Socialismo, incluso quienes no nos acompañaron la ruptura contra los viejos dogmas y las prácticas stalinistas, como Gustavo Machado, Jesús Faria, Héctor Mujica y Eduardo Gallegos Mancera, tuvieron un comportamiento digno y una estatura moral muy distante de quienes ahora dirigen esa organización.
Recientemente se realizó en nuestro país un acto reseñado por Tal Cual, y organizado por la Juventud del PCV, realizado de manera virtual donde se homenajeó a Kim Il-Sung el mismo dictador que inició la dinastía hasta ahora gobernante en Corea del Norte, durante su mandato estuvo preso durante siete años, en condiciones inhumanas el poeta Ali Lameda, militante de ese partido, por realizar algunos comentarios críticos al régimen del país asiático.
Junto al Secretario General actual del PCV Oscar Figuera, intervino el responsable de Relaciones Internacionales, haciendo total omisión del caso Ali Lameda que incluso llegó a instancias internacionales. En una entrevista concedida después de haber regresado al país -también reseñada en la nota de Tal Cual- Lameda declara haber sido “víctima indirecta de la decisión del PCV de ir a la pacificación y renunciar a las armas”, decisión con la cual estuvieron en desacuerdo Cuba, Corea y Albania, que repitieron las ofensas y calificativos que desde el periódico de La Habana, y el propio Fidel Castro proferían contra quienes adoptaron la histórica resolución de rectificar, con una severa autocrítica, el camino emprendido a inicios de los años sesenta.
Las nuevas generaciones probablemente desconocen estos episodios de la izquierda contemporánea, donde los comunistas venezolanos, todavía en la clandestinidad se enfrentaron al régimen cubano y a su principal líder, en su mayoría era una colectividad política, no sumisa a los intereses de otras naciones, así resulta comprensible cómo se produjo en el seno de esa estructura un debate, que duró cerca de dos años, a raíz de la invasión soviética a Checoslovaquia, abarcando una gama variada de aspectos que constituían los fundamentos teóricos de la añeja doctrina comunista.
Esa intensa polémica dio origen al Movimiento al Socialismo, considerado en su tiempo por personajes de figuración mundial, como el más serio intento organizado del pensamiento de la izquierda democrática y moderna. Así como el PCV, ya no es el mismo que se enfrentó a Fidel, tampoco el MAS es el mismo de aquellos años luminosos.