Instancias como el Foro Interreligioso Social de Venezuela (FISV) y defensores de derechos humanos como Feliciano Reyna resaltan la vital importancia de que se acelere el proceso de entrada del Programa Mundial de Alimentos (PMA) a Venezuela para auxiliar a familias bajo inseguridad alimentaria y reactivar el sector agroalimentario en medio de la pandemia por COVID -19.
Por Laura Clisánchez / correodelcaroni.com
En un comunicado emitido el 21 de julio, el FISV integrado por la Conferencia Episcopal de Venezuela, Comunidad Judía, Consejo Evangélico de Venezuela, Confederación Unicristiana de Venezuela y la Iglesia Anglicana, exhortó al Estado venezolano a aprobar la entrada del PMA de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a Venezuela en medio de la emergencia humanitaria compleja que atraviesa el país, agravada por la pandemia de la COVID-19.
“Hacemos un llamado responsable al Estado venezolano para que apoye y promueva el ingreso a Venezuela del Programa Mundial de Alimentos con sus múltiples capacidades de apoyo”, versó el comunicado.
Este programa tiene la capacidad de ayudar a recuperar las capacidades agroproductivas del país, implementar programas de alimentación estudiantil y ayudar a implementar transferencias en dinero a las familias vulnerables en un escenario en el que 9,3 millones de venezolanos están bajo inseguridad alimentaria, de acuerdo con la encuesta de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para el 2019.
Esto quiere decir que 9,3 millones de venezolano no están comiendo los alimentos diarios que necesitan para mantenerse saludables y en medio de la pandemia dependen del día a día para alimentarse, lo que les impide aguardar la cuarentena. En estos momentos el programa es crucial para el país.
“El PMA tiene capacidades logísticas que no tienen otras agencias. Sería un apoyo en este momento absolutamente vital para que las personas pueden defenderse del coronavirus de una forma realista (…) si no se les apoya es irreal, injusto e injustificado que se les obligue a quedarse en casa”, subrayó el defensor de los derechos humanos, Feliciano Reyna.
La crisis alimentaria en la que Venezuela está inmersa desde hace cuatro años tiene varias aristas, entre ellas la destrucción del aparato productivo del sector agropecuario y la escasez de combustible que hace que los productores pierdan sus cosechas y disminuya -aún más- la disposición de alimentos en el país que ya para abril registró una disminución del 62% de acuerdo con el monitoreo de Ciudadanía en Acción.
“Esto (el PMA) ayudaría a familias que ahorita tienen que salir a buscar cómo se defienden porque necesitan buscar comida todos los días, entonces con una trasferencias y compras de alimento pueden guardar el confinamiento para no exponerse al coronavirus”, explicó Reyna.
Para que el programa se haga realidad en el país se necesitan dos cosas principales: la autorización del Gobierno nacional y los recursos de los donantes internacionales.
Aunque desde el 2019 Maduro expresa su disposición de recibir el PMA en el país, no ha autorizado el ingreso, que implica reconocer las políticas erradas que llevaron al quiebre de la economía del país.
Apoyo económico
El FISV destacó en el comunicado la importancia de incrementar el apoyo económico internacional que hasta ahora no es suficiente, pues de los 762 millones de dólares requeridos para el plan de respuesta humanitaria para Venezuela solicitado por la ONU, han entrado 50 millones al país, el 6,6% de la solicitud.
“Exhortamos a la comunidad internacional de donantes a continuar apoyando los esfuerzos de cooperación, sin los cuales se hace prácticamente inviable ofrecer las respuestas urgentes y necesarias para brindar asistencia a las personas más vulnerables, salvar vidas y evitar más sufrimiento”, destacaron los representantes religiosos.
Sobre esto, Reyna explicó que es tan importante la aprobación de la entrada del programa al país, como los recursos internacionales para que se concrete.
“Si uno quiere que entre un programa con esas capacidades y que además apoye capacidades locales de producción, de alimentos, semillas e insumos, es muy importante la cooperación internacional a gran escala, y requiere del Estado que le dé un acceso sin restricciones”.
El PMA es un recurso internacional que existe desde hace más de 50 años, y nació para proporcionar comida a países en emergencias provocadas por desastres naturales, conflictos, o desastres provocados por decisiones políticas, como es el caso de Venezuela, en el que los ciudadanos han echado mano de la siembra dentro de las urbes para paliar el hambre porque el salario mínimo integral no supera los 3 dólares mensuales.
En medio de ello, la Conferencia Episcopal de Venezuela, Comunidad Judía, Consejo Evangélico de Venezuela, Confederación Unicristiana de Venezuela y la Iglesia Anglicana que se unen en el FISV piden al unísono apoyar la recomendación de la Alta Comisionada de Naciones Unidas Michelle Bachelet frente al Consejo de Derechos Humanos de la ONU en su informe del 2 de julio: la autorización sin dilación del PMA.
“La presencia del coronavirus en Venezuela y sus efectos en una población que, en su gran mayoría, vive en condiciones precarias, nos obliga a actuar sin dilación. De no hacerlo, en poco tiempo podríamos estar en presencia de niveles inimaginables de pérdida de vidas y de sufrimiento humano. Actuemos juntos desde el amor y el deseo de paz”, concluyeron.