Wall Street terminó en verde el miércoles, impulsada por la buena salud de las principales acciones tecnológicas y por la decisión de la Reserva Federal (Fed, banco central) de mantener sus tasas clave sin cambios.
El índice principal Dow Jones subió 0,61%, a 26.539,57 puntos, en tanto que el Nasdaq, de fuerte componente tecnológico, ganó 1,35%, cerrando a 10.542,94 puntos. De su lado, el índice ampliado S&P 500 -principal referencia de los inversores al agrupar las 500 mayores empresas- avanzó 1,24%, a 3.258,44 puntos.
La mayoría de los grandes nombres del sector de la tecnología terminaron en alza el miércoles, día en que los jefes de Alphabet (la empresa matriz de Google), Apple, Facebook y Amazon debieron comparecer en una audiencia virtual ante congresistas estadounidenses.
El comité judicial de la Cámara de Representantes interrogó en videoconferencia a los CEO de esos cuatro grandes grupos como parte de una investigación sobre posibles abusos de posición dominante por parte de estas compañías.
En el frente monetario, la Reserva Federal decidió dejar sus tasas clave sin cambios, en un rango de 0% a 0,25%.
La política acomodaticia de la poderosa institución, que apunta a mantener las tasas en cero hasta que la economía estadounidense se haya recuperado completamente del shock causado por la crisis sanitaria, fue bien recibida por los mercados.
“El compromiso de la Fed de apoyar la economía tiene mucho que ver con eso”, señala Chris Low, de FHN Financial.
Desde marzo, la Fed ha intensificado las acciones para permitir que la economía continúe funcionando a pesar de la parálisis por el confinamiento de buena parte del país, y los esfuerzos de reapertura a partir de mediados de mayo.
El martes anunció que extenderá hasta el 31 de diciembre varios programas de préstamos establecidos para ayudar a empresas y distintos sectores a hacer frente a la crisis, y que estaban originalmente pensados para culminar “alrededor del 30 de septiembre”.
La avalancha de resultados trimestrales continuó, por demás, en Wall Street.
El fabricante de aeronaves Boeing (-2,83%), golpeado fuertemente por el impacto de la pandemia de coronavirus en el transporte aéreo y la prohibición del vuelo de su 737 MAX tras dos accidentes, sufrió una gran pérdida neta en el segundo trimestre y planea desacelerar aún más los ritmos de producción y recortar más su plantilla.
Boeing también anunció oficialmente que en 2022 detendría la producción de su legendario avión 747, el “Jumbo jet”.
El conglomerado estadounidense General Electric (-4,35%) también informó una gran pérdida neta entre abril y junio debido a la disminución de sus actividades en los sectores de aviación y energía debido a la pandemia.
En el mercado de obligaciones, la tasa a 10 años de la deuda estadounidense cayó a 0,5724% hacia las 20H25 GMT contra 0,5790% del martes.
AFP