El inminente fallo de la justicia de Cabo Verde sobre el último recurso de la defensa del empresario Alex Saab, detenido en junio en la nación africana, ha puesto nuevamente en relieve el interés en el caso del gobierno en disputa de Nicolás Maduro, que admite haber gestionado apoyo diplomático para su liberación.
Por: Gustavo Ocando Alex / VOA
Las autoridades de la isla de Sal detuvieron el 12 de junio a Saab, un abogado y empresario de nacionalidad colombiana, cuando su avión privado se detuvo para repostar durante su trayecto desde Venezuela hasta Irán.
El gobierno de Cabo Verde explicó que lo detuvo porque había una alerta roja de Interpol en su contra desde julio de 2019, cuando fiscales de Estados Unidos acusaron a Saab y a otro empresario colombiano de lavado de dinero y sobornos entre 2011 y 2015.
Periodistas de investigación del medio digital venezolano Armando.Info documentaron desde 2015 cómo Saab construyó una red de negocios milmillonarios de construcción de viviendas, explotación de petróleo e importación a Venezuela de alimentos y productos para el programa estatal CLAP.
Saab también es considerado una especie de embajador comercial del chavismo y el artífice principal de la rebelión de diputados opositores contra el presidente interino y del Parlamento, Juan Guaidó, según los reportajes.
Las denuncias lo presentan como “el gran contratista” y posible testaferro de la familia de Maduro. El Departamento del Tesoro estadounidense lo sancionó en 2019 por presuntamente liderar una vasta red de corrupción.
Estados Unidos, cuyos voceros diplomáticos y penales han guardado silencio en público sobre el caso, solicitó su extradición a los pocos días de su detención.
Su defensa entregó hace días un documento de 60 páginas al Supremo de Cabo Verde, donde denuncia la violación del principio de lealtad en el proceso, acusa a Estados Unidos de “falsedad integral” y argumenta que Saab tiene estatus de agente especial de Venezuela.
La sentencia de fondo se conocerá este viernes, de acuerdo con publicaciones de periódicos como El Tiempo, de Colombia. El fallo será clave para determinar su eventual extradición a Estados Unidos.
Presiones y acuerdos
El canciller de Maduro, Jorge Arreaza, dijo este miércoles que su gobierno brinda “apoyo a la defensa” y precisó que está atento a sus condiciones de reclusión mediante “visitas consulares”, como lo haría con cualquier venezolano privado de libertad fuera del país. El trato es distinto al común, sin embargo.
Arreaza divulgó un comunicado en el que condenó la “detención arbitraria” de Saab, de 48 años, nacido en Barranquilla, y alegó que viajaba como “agente” del Estado venezolano en busca de suministros para combatir la COVID-19.
María Alexandra Semprún, experta en ciencias políticas y profesora de la Universidad Rafael Urdaneta, da por sentado que existe temor en el Palacio de Miraflores sobre las revelaciones que Saab haría a Estados Unidos a cambio de una conmutación de su eventual condena, si Cabo Verde lo extradita.
“Saab va a estar a puertas cerradas con la justicia norteamericana y en Estados Unidos existe la negociación entre su fiscalía y sus acusados. La presión de estar encarcelado allí es muy fuerte”, analiza en entrevista con la Voz de América.
Semprún resalta que la destreza de los interrogatorios realizados por fiscales y agentes de la justicia estadounidense goza de prestigio mundial, aún más cuando existen evidencias firmes de fraudes, lavado de dinero y narcotráfico.
“Ese miedo a lo que se pueda develar puede ser lo que haya inducido al gobierno venezolano a mover hasta la cancillería”, expone.
Valora como un “error imperdonable” que la diplomacia venezolana se dedique abierta y activamente a procurar la liberación del ciudadano de otra nación.
“¿Qué hace un ministerio venezolano interviniendo por un ciudadano colombiano? Hay una contradicción de derecho internacional. No es un organismo en defensa de los derechos humanos; es la cancillería venezolana en favor de un nacional de otro país. Es absurdo. No tiene sentido jurídico”, opina.
El madurismo también intenta frenar la eventual extradición de Saab a Estados Unidos por “pseudo orgullo nacionalista”, a juicio de Giulio Cellini, abogado de la Universidad Católica Andrés Bello y experto en relaciones internacionales.
“En el orden político sería una derrota para el chavismo”, declara a la VOA Cellini, quien, además, nota preocupación en Caracas sobre la posible colaboración de Saab con la justicia estadounidense en cuanto a detalles de los negocios y conexiones políticas de otros jerarcas chavistas.
Se dice impresionado por el despliegue diplomático de Venezuela para defender a Saab. Califica de “bochorno” esas gestiones de Arreaza y Maduro.
“Dejan muy mal parado no solamente al señor Arreaza, sino a nuestro país, que se está presentando ante el mundo como un país defensor de una persona imputada por delitos de blanqueo de capitales y corrupción. Es una vergüenza”, dice.
Comenta que es altamente inusual que el máximo responsable de la diplomacia venezolana realice tales diligencias ante Cabo Verde. Opina que el estatus de agente del Estado para Saab es un “absurdo” por su nacionalidad colombiana.
“Es una persona que no representa los intereses del país, sino de un grupo de personas unidas por intereses económicos y corruptos”, remarca, antes de prever que la extradición de Saab constituiría “un golpe fuerte” a Maduro.