La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) prevé que las economías emergentes de Asia (los países del Sudeste Asiático, China e India) se contraigan una media del 2,9 % este año como consecuencia de la pandemia de la COVID-19, según un informe publicado este viernes.
Entre los diez países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), que incluye a Birmania, Brunéi Darusalam, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Singapur, Tailandia y Vietnam, la OCDE prevé una caída media del 2,8 %, mientras que en China e India la contracción será del 2,6 % y el 3,7 %, respectivamente.
“Los confinamientos y las restricciones de movimientos como respuesta a la crisis sanitaria han tenido un coste enorme para la actividad económica. Los mercados financieros y el sector bancario están dañados, las empresas se enfrentan a un descenso de los ingresos y un aumento de la deuda, mientras que los hogares están expuestos a riesgos cada vez mayores”, señala el informe.
Las previsiones de la OCDE están basadas en el supuesto de que no se produzca una segunda oleada de contagios del nuevo coronavirus y son más optimistas para el año 2021, en el que pronostica un crecimiento medio del 5,6 % para los países de la ASEAN, del 6,8 % para China y del 7,9 % para India.
Tailandia es el país que sufrirá una contracción mayor, del 6,7 %, en gran medida debido a la paralización casi total del turismo, que supone en torno al 15 % de la economía del país, con el cierre de sus fronteras tras la declaración del estado de emergencia el pasado mes de marzo.
Por otro lado, la OCDE señala que Vietnam tendrá el mayor crecimiento de la región, con un 2,5 %, ya que la “considerable disipación del riesgo médico ha hecho que el ambiente sea más propicio a que se produzca una recuperación más fluida para muchas empresas”.
Vietnam, que solo tiene 509 casos confirmados en una población de casi 96 millones de habitantes, parecía tener controlada la pandemia, ya que no se había producido ningún contagio en 99 días hasta el pasado sábado, pero desde entonces se ha producido un nuevo brote y este viernes ha fallecido el primer paciente de coronavirus en el país.
Mientras tanto, la OCDE describe India como “el nuevo epicentro de la COVID-19 en Asia”, con más de 1,6 millones de casos confirmados y 35.000 fallecidos, y la contracción de la economía del 3,7 por ciento “va a poner fin a la racha de crecimiento positivo que ha disfrutado el país durante cuatro decenios”.
China, epicentro de la pandemia, “está en camino de restaurar su capacidad económica plena”, según el informe, pero “en general, el sector nacional aún está tratando de hallar su equilibrio y, con las tensiones comerciales que todavía dominan las relaciones bilaterales (con Estados Unidos), es poco probable que la producción local reciba impulso del mercado externo”.
EFE