Hombres armados atacaron una prisión del este de Afganistán este domingo y causaron al menos tres muertes según fuentes oficiales, una acción que puso fin a la relativa calma que se vivía por un alto el fuego entre los talibanes y las fuerzas del gobierno.
“Los atacantes primero detonaron un coche cargado de explosivos cerca de la prisión”, en la ciudad de Jalalabad, y luego abrieron fuego contra los guardias de seguridad, dijo a la AFP Attaullah Khogyani, portavoz del gobernador de la provincia de Nangarhar.
Varios de ellos se posicionaron en un mercado cercano a la prisión, lo que complica la tarea a las fuerzas de seguridad “, continuó.
“El combate continúa”, afirmó, y añadió que las fuerzas del gobierno tenían control de la situación.
El Ministerio del Interior confirmó el ataque y aseguró que policías y fuerzas especiales fueron desplegadas en el lugar.
“Según la información preliminar, al menos tres personas murieron y cinco más resultaron heridas”, declaró Tareq Arian, portavoz del Ministerio.
Los talibanes negaron estar involucrados en el asalto, ocurrido en el último día de una rara tregua entre los insurgentes y Kabul, a causa de la festividad musulmana del Aid al Adha.
“Este ataque no ha sido nuestro. Nuestros muyahidines aún no han sido autorizados para llevar a cabo ataques”, señaló a la AFP el portavoz talibán, Zabihulá Mujahid.
La provincia de Nangarhar, en el este de Afganistán, es blanco frecuente de ataques, varios de ellos reivindicados por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
El 12 de mayo, un atentado en el funeral de un comandante de policía dejó 32 muertos, y fue reivindicado por el EI. AFP