El presidente de EE.UU., Donald Trump, decretó este lunes la restricción del empleo de extranjeros en el Gobierno federal cuya contratación sustituya “injustamente” a trabajadores estadounidenses con “mano de obra foránea” y empleos en ultramar, anunció la Casa Blanca.
“El presidente Trump decretó la creación de una política bajo la cual las agencias federales se enfocarán en la fuerza laboral estadounidense dentro de los lucrativos contratos federales”, indicó la Casa Blanca en un comunicado, en el que agregó que “es injusto que los empleadores federales sustituyan a estadounidenses perfectamente calificados con trabajadores de otros países”.
La decisión de Trump siguió al anuncio de la Autoridad del Valle del Tennessee (TVA) del despido del 20 % de sus empleados en el área de tecnología, y el traslado de sus funciones a compañías que operan en otros países.
Según el Gobierno, esa medida de la agencia federal TVA podría llevar a que 200 “trabajadores estadounidenses altamente calificados pierdan sus empleos a manos de trabajadores extranjeros, con sueldos bajos, contratados con visas temporales”.
La decisión costará a la economía local decenas de millones de dólares en los próximos cinco años, agregó el comunicado.
Ya antes de este anuncio Michael Pack, el nuevo director de la agencia que opera la Voz de América -la radioemisora estadounidense que se escucha en todo el mundo- cesó la renovación de visas dejando en el limbo al menos a 76 de sus periodistas que producen los programas internacionales.
El uso de contratistas externos es una práctica “especialmente dañina en medio de una pandemia que ya ha costado sus empleos a millones de estadounidenses”, señaló el comunicado.
“Teniendo en cuenta el clima actual de robo generalizado de la propiedad intelectual -agregó-, la subcontratación de empleos en informática, que involucran información reservada, puede involucrar un riesgo para la seguridad nacional”.
El decreto apunta, específicamente, al uso de las visas H-1B, destinadas a profesionales altamente cualificados, especialmente en el sector de la tecnología, informática, la ingeniería y la ciencia, y requiere que las agencias federales den prioridad a la contratación de ciudadanos nativos o naturalizados, o de extranjeros con residencia legal permanente, antes de entrar en contratos que dan empleos a trabajadores extranjeros.
Desde junio pasado el Gobierno dejó de tramitar visados H-1B, algo que ha sido muy criticado sobre todo entre las gigantes tecnológicos como Google, Tesla o Twitter.
Hasta ahora EE. UU tenía un cupo anual de 85.000 visas H-1B, que cada uno de los últimos cinco años el alud de peticiones lo agotaba una semana después de abrirse el período de solicitud. EFE
AFP