“Nos identificamos plenamente con el mensaje enviado por María Corina Machado al nuevo presidente de la República Cooperativa de Guayana”, afirmó el diputado Luis Barragán, integrante de la Fracción Parlamentaria 16 de Julio, en un foro virtual realizado con varios especialistas en la materia..
“Al recordar la vigencia del Acuerdo de Ginebra, orientado a la posibilidad real de hallar soluciones prácticas y concretas al diferendo entre los países inevitablemente vecinos, destaquemos igualmente el llamado que le hizo al presidente Irfaan Ali en torno a la existencia de un régimen como el que tenemos en Venezuela. Luce obvio que, de consolidarse, le entregará definitivamente el Esequibo, pero a un elevadísimo precio, como es el de la desestabilización de una Guyana a la que los más variados y oscuros intereses anti-occidentales le darán alcance”.
Señaló el parlamentario que “los vecinos suelen perder tan importante dato, por lo que requieren de un liderazgo visionario que, más allá de las innobles ventajas obtenidas gracias al madurato, incluso, con una facilidad nunca antes vista que debe interrogarlos, urgen de una perspectiva distinta sobre el problema hemisférico del que no los relevará la presunta renta petrolera que se dice en camino”.
Al responder a varias preguntas formuladas respecto a la contrastante política parlamentaria esequibana de los siglos XX y XXI, precisó que la controversia manifiesta el interesado redimensionamiento geopolítico de América Latina y El Caribe al que aspiran los intereses concertados del terrorismo y el tráfico de drogas, entre otros.
“En efecto, por una parte, a mediano y largo plazo, aspiran a una fragmentación territorial de la región que pulverice la existencia del propio Estado Nacional y, yendo más allá de lo que conocemos como Estado Fallido, haga una redistribución de los espacios entre las ponderosas mafias que ya lo ensayan en Venezuela. Por consiguiente, no tardará en prosperar traumáticamente las controversias territoriales entre los distintos países e, incluso, al interior de los mismos, subrayadas las diferencias sociales, culturales y también étnicas que desemboque en inéditos y simultáneos esfuerzos secesionistas”.
Enfatizó finalmente: “Por otra, además de los millones de venezolanos que se desplazaron y están refugiados en otras latitudes, imperando un poder de facto en Venezuela, la crisis existencial del Estado se traduce en el control real que la delincuencia organizada, el terrorismo y otras expresiones irregulares, tienen de un elevado porcentaje del territorio nacional, sobre todo en las áreas fronterizas de estratégico interés, y que también se expresa casi inadvertidamente en el centro norte de país altamente urbanizado. Si cabe el término, el síndrome esequibano le ha dado alcance al estado Miranda, cuyos sectores populares, extensos y empobrecidos, están en manos cada vez más de los capitostes del hampa aliada con el Estado Criminal y, propuestas como la ley estadal de Condominios y decretos que obstaculizan el acceso efectivo a los insumos básicos, se traduce en una efectiva pérdida territorial para la ciudadanía”.
Comunicado de prensa