El policía metropolitano Erasmo Bolívar, recluido en el Centro Nacional de Procesados Militares, Cenapromil, en Ramo Verde, presenta fiebre, dificultad para respirar, mucha tos y malestar general desde hace una semana. En la cárcel no le han suministrado ningún tipo de medicamento,por lo que su condición empeora cada día.
Sus familiares exigen que sea trasladado de inmediato a un centro asistencial, donde le brinden la atención necesaria y la practiquen los exámenes requeridos para descartar COVID-19.
María Bolívar, tía del funcionario condenado injustamente por los sucesos del 11 de abril de 2002, exigió a las autoridades que actúen inmediato. “No sabemos que tiene, pero estamos muy preocupados, no lo vemos desde que inició la cuarentena y no hay nadie que nos dé información”.
La celda de Erasmo Bolívar la comparten otros cuatro reclusos, todos ellos con los mismos síntomas. Pese a la gravedad del asunto, no ha habido respuesta oficial al respecto.
Se supo que en otros pisos, como el 1, hay también reclusos con los mismos síntomas. “Tememos un brote en Ramo Verde, pero la mayor angustia es la falta de información. Queremos que hagan algo, el es un preso político, no es culpable de ningún delito, su único error fue cumplir el mandato de proteger a la gente el 11 de abril, cuando una multitud decidió trasladarse a Miraflores y fueron emboscados por los pistoleros de Puente Llaguno”, dijo su tía María Bolívar.
Erasmo Bolívar y sus compañeros, Héctor Rovaín, Arube Pérez y Luis Molina, son beneficiarios desde el año 2007 de los derechos procesales que les confieren las medidas sustitutivas de Libertad y también de la ley de Redención de la Pena por estudio y trabajo. Aún permanecen en Ramo Verde, en una injusta condena que los mantiene alejados de sus familiares.