Un sapo oriundo de Brasil, el Thoropa taophora, resultó ser fiel, no solo a una, sino a sus dos “esposas”, lo que lo convierte en la primera especie de anfibio con ese tipo de comportamiento, según un estudio divulgado este miércoles.
De acuerdo con la investigación, durante una misma temporada de apareamiento este tipo de sapos machos se emparejan con dos hembras que le visitan por turnos, algo poco usual para esta modalidad de anfibios, animales que por el contrario suelen tener infinidad de parejas.
El estudio fue divulgado este miércoles por la revista Pesquisa, de la Fundación de Amparo a la investigación del Estado de Sao Paulo (Fapesp) tras ser publicado esta semana en la revista especializada Science Advances.
Los sapos con frecuencia se reproducen en pozos de agua. Allí, los machos atraen a las hembras cantando para que pongan los huevos de los futuros renacuajos que conviven con una buena cantidad de medio hermanos, fruto de las visitas de las hembras para la reproducción.
No obstante, los investigadores del campus Río Claro de la Universidade Estadual Paulista (Unesp) encontraron otra cosa cuando realizaron las pruebas con poblaciones de sapo Thoropa taophora.
Este tipo de sapo se reproducen en zonas rocosas con débiles corrientes de agua que están localizadas en la selva tropical del litoral paulista, al sudeste de Brasil.
Mediante pruebas de paternidad de los renacuajos, los investigadores encontraron que cada macho tenía una relación estable con dos parejas.
“Los renacuajos en diferentes etapas de desarrollo también eran hermanos por parte de la madre, lo que sugiere que las hembras permanecen en el charco durante todo el período reproductivo de 10 meses”, señala el biólogo Célio Haddad, coordinador del grupo de la Unesp.
En promedio, el 85 % de los renacuajos eran hijos de la “esposa dominante”, mientras que el 15 % restante fue generado por el hombre con la “esposa secundaria”.
Los científicos no encontraron renacuajos de un mismo macho en charcos vecinos, lo que los llevó a deducir que cada uno defiende su pedazo de agua y de esa manera es fiel a sus compañeros reproductores, un comportamiento hasta ahora desconocido en los anfibios.
En algunos casos, se han visto casos de una tercera hembra que se acerca al trío y que termina apareándose con el macho, pero según los investigadores, lo más frecuente es que se trate de una ladrona de huevos que los busca para comérselos, un comportamiento relativamente común en esta especie.
Como el hábitat de los animales en el litoral paulista es húmedo durante todo el año, los investigadores no pudieron verificar si la fidelidad del trío dura toda la vida (sobre todo porque no hay certeza sobre la duración de la vida de los anfibios), pero sí pudieron establecer que al menos dura 10 meses.
EFE