La disorgasmia se define como aquellas molestias que impiden que una mujer pueda tener relaciones sexuales satisfactorias y placenteras, afectando a su calidad de vida, tal y como describe Antonio Carballo, ginecólogo del Hospital Universitario de Jaén. “Por disorgasmia entendemos cualquier trastorno del orgasmo, aunque lo más común es que se defina como orgasmo inhibido, que consiste en la ausencia recurrente o persistente del orgasmo después de una fase de excitación normal”, detalla Carballo.
Por CuídatePlus
En cuanto a las molestias que experimentan algunas mujeres durante la penetración o incluso la llegada al orgasmo en su mayoría se deben a las contracciones que se producen en el útero en ese momento. Otras causas que generan orgasmos dolorosos según este especialista son la escasa lubricación, la pérdida de elasticidad vaginal por déficit de estrógenos, las infecciones genitales activas o que hayan pasado desapercibidas, la existencia de heridas previas y la dispareunia, es decir, el dolor durante la penetración.
“En principio no se suele asociar la disorgasmia al dolor que se produce durante el orgasmo o tras él por contracciones uterinas intensas. En general este tipo de dolor se engloba con la dispareunia, dolor durante el coito o la relación sexual”, matiza este especialista.
Entonces, ¿cuándo el dolor o molestias pasa a tratarse de disorgasmia? “Cuando los calambres o molestias cumplen criterios de disfunción sexual: persisten por un mínimo de 6 meses y provocan malestar significativo en la mujer”, responde Laura Nieto, ginecóloga y sexóloga médica del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba. A su juicio, en estos casos conviene consultar con un ginecólogo para valorar las causas y establecer un tratamiento que se adapte a la situación de cada mujer.
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