La libertad de Thor: El primer perro preso político del régimen venezolano

La libertad de Thor: El primer perro preso político del régimen venezolano

Enflaquecido, sucio, solo y sin rumbo. Así encontraron a Thor este lunes 17 de agosto en Valle Alto, un sector del estado Miranda. El perro de raza Mastín napolitano deambulaba perdido en busca de refugio, sus patas cansadas parecían arrastrar consigo el peso del maltrato, la carga del encierro. Se topó con la libertad todavía asustado.

Por Génesis Herrera / eldiario.com





Thor, y su madre Arpa, pertenecen al coronel Oswaldo García Palomo, a quien detuvieron en enero de 2019. Al funcionario militar lo solicitaron por su presunta participación en un complot para deponer a Nicolás Maduro en marzo de 2018, y por estar involucrado en el presunto atentado contra el dirigente oficialista, en la avenida Bolívar de Caracas, durante el acto aniversario de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), en agosto de ese año.

Sin embargo, antes de la detención de García Palomo, Thor y Arpa ya habían sufrido el agobio del encierro. La primera vez fue en junio de 2018. La proteccionista animal Sol Rojas, quien ha estado dedicada al caso desde el primer día, contó en exclusiva para El Diario que en una primera arremetida y tras la pista del coronel, los funcionarios del régimen detuvieron a varios de sus familiares, quienes luego de días complejos lograron huir.

Pero Thor y Arpa quedaron a su suerte dentro de la casa familiar, un hogar vacío que se fue convirtiendo en prisión, custodiado constantemente por funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim).

Encerrados en su propia casa, pero sin alimento y agua. En estas condiciones vivían Arpa, de 9 años de edad, y Thor, de 7, en aquel entonces. La lucha de los proteccionistas animales era férrea, sobre todo cuando se topaban con la rotunda negativa de los funcionarios al pedirles que les permitieran alimentarlos. Pero ellos insistían.

Bordearon la casa e idearon un sinfín de estrategias para brindarles aunque sea una pizca de agua y comida. Pequeños logros que fortalecían la esperanza de que aquella injusticia terminara. En estas condiciones estuvieron durante 25 días, descuidados y a la deriva, sobreviviendo entre heces y orina.

El sufrimiento de Thor y Arpa

Sol estaba negada a rendirse. Afectada por las injusticias ideó una campaña para visibilizar la situación de Thor y Arpa. Consiguió el apoyo que esperaba gracias a la difusión de mensajes en Twitter y con esto una acción que la llenó de esperanza en aquel momento: la liberación de los animales.

El alcalde del municipio Carrizal, estado Miranda, Farith Fraija, intercedió. Thor y Arpa abandonaron su prisión y pasaron a estar bajo el cuidado temporal de la proteccionista Ángela Expósito, quien los encontró delgados, débiles. Con ella empezaron una recuperación lenta, pero importante.

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