Es una reflexión sobre la organización de un sistema político y la convivencia humana sustentados sobre la justicia, entendida ésta como la virtud por excelencia para garantizar la libertad y la igualdad entre todos los seres humanos. En este sentido, se inscribe en la idea moderna de felicidad y progreso para todos, que como es sabido, han sido las ideas dominantes de todo movimiento político en los últimos quinientos años, especialmente de las llamadas revoluciones.
Tomás Moro parte de la distopía reinante en su tiempo y en su país, una descripción detallada de todo el sistema político, económico y social, lleno de injusticias y desigualdades de todo tipo y a partir de allí propone esta Utopía, con propuestas polémicas y atrevidas, desde la eliminación de la propiedad privada y el compartir los bienes en comunidad, tipo monacal y del cristianismo de las comunidades evangélicas, igualmente un sistema de valores de convivencia, paz y justicia y todo impregnado o inspirado en lo que pudiéramos llamar un humanismo cristiano.
Como se ve, temas polémicos y abiertos a una permanente discusión entre lo real y lo ideal, un poco lo que ha sido y son las polémicas de nuestro tiempo.
Maquiavelo y Moro en una permanente confrontación que no termina de dilucidarse, aunque la mayoría, de manera práctica, se ubica con Maquiavelo en lo real-posible, mientras que Moro nos sigue invitando al ideal necesario y en esta dialéctica prácticamente siguen alimentando la polémica política e histórica sobre el futuro de la humanidad.