La principal causa de los decesos en este periodo fueron los problemas de salud, seguida por las presuntas ejecuciones en procedimientos de recaptura de detenidos fugados de los CDP.
Durante el primer semestre del año en curso 118 privados de libertad murieron en 273 centros de detención preventiva monitoreados por Una Ventana a la Libertad en 19 estados del país.
En el primer semestre de este 2020 UVL confirmó la muerte de 65 detenidos por problemas de salud -primera causa de muerte- es un llamado de atención ante la llegada del Covid-19 al país; la tuberculosis fue la principal causa con 36 detenidos (55,4%) del total y los problemas respiratorios con 11 (16,9%), lo cual implica que el 72,3% de los muertos por enfermedades fueron por estas dos causas. En tercer lugar, tenemos 7 casos de desnutrición que pudieron documentarse en el monitoreo, es decir, el 10,8% del total.
Un dato relevante es que la segunda causa de muerte de los reclusos en los CDP durante el semestre, fueron las fugas, cuyos decesos representan el 34,7%. Esto nos está hablando de la violencia desplegada por los funcionarios de custodia y a veces la Guardia Nacional que puede estar afuera o ser llamada a acudir, cuando se presenta una fuga.
De los 273 calabozos monitoreados, 185 (67.8%) reportaron la presencia de reclusos con enfermedades infectocontagiosas. De estas enfermedades 1.177 (56.3%) son enfermedades respiratorias y en la piel como sarna o escabiosis; 517 (24.7%) desnutridos y 397 (19%) con tuberculosis. Es decir, un total de 2.091 enfermos encerrados en los calabozos, sin condiciones para evitar la contaminación entre ellos. Esta situación claramente seguirá agravándose por la particular fragilidad que las personas desnutridas tienen de contraer cualquier enfermedad como infecciones o virus.
En el monitoreo diario nuestros investigadores enfatizaron en los temas más importantes como fugas, motines, huelgas, heridos, fallecidos, situación de salud en general, alimentación, y en lo que podemos llamar la calidad de vida de las mujeres y hombres detenidos. El hacinamiento, las enfermedades infecciosas y la desnutrición ahora son más visibles como elementos de alto riesgo en salud por la presencia de la pandemia. Igualmente, las medidas violentas de control y la represión. Se amplió, además, la cobertura de las protestas de los detenidos, las cuales aparecen más vinculadas a los problemas de salud y alimentación, y al retraso del debido proceso.
Este primer semestre del año 2020 ha sido bastante complejo y, desde Una Ventana a la Libertad le hemos dado seguimiento. Podemos decir que este semestre ha tenido dos momentos: el primer trimestre -pre pandemia- y el segundo, marcado por la cuarentena decretada por el Gobierno de Nicolás Maduro el 13 de marzo y que se inició el 14 del mismo mes. Hemos realizado un trabajo e informe donde damos cubrimiento a estos momentos.
Entre las informaciones más relevantes que identificamos tenemos que la pandemia Covid-19 encontró a los CDP altamente hacinados. Para el final del primer semestre encontramos 4.341 personas detenidas de acuerdo a los Alertas, cuando la capacidad de albergue era sólo de 1.040. Es decir que durante los meses cuando la cuarentena ha estado en vigencia, la cantidad de detenidos casi se quintuplicó. Pero lo más importante, el distanciamiento social (o físico de no menos de un metro entre las personas) que es la medida preventiva fundamental durante la cuarentena, es imposible de cumplir en los calabozos.
A lo largo de todo el informe hemos analizando la información, tomando como eje central la relación con la salud de las personas detenidas, que cada uno de los tópicos del monitoreo nos fueron evidenciando. Podríamos concluir que la calidad de vida en todos los Centros de Detención Preventiva es tan negativa que los mismos son un caldo de cultivo para que la pandemia Covid 19, al ingresar en un CDP, se convierta en una pandemia dentro de una pandemia.
Nota de prensa