La confianza de Sanofi en sus candidatas a vacuna contra el coronavirus ha aumentado este verano y el fabricante de medicamentos francés ya se prepara para comenzar los ensayos clínicos, dijo su director ejecutivo a Reuters.
La compañía está trabajando en dos de las más de 150 vacunas potenciales que en estos momentos se desarrolla en todo el mundo para hacer frente a la pandemia de la COVID-19, que se ha cobrado más de 831.000 vidas y ha provocado un colapso económico.
Una de las candidatas de Sanofi utilizará un co-adyuvante fabricado por la empresa británica GlaxoSmithKline (GSK) para aumentar su eficacia. Este potencial antídoto se fabricará sobre una base ya existente encargada de desarrollar vacunas para el tratamiento de la gripe.
La otra, desarrollada por la compañía estadounidense Translate Bio, se sirve de una tecnología diferente conocida como ARNm.
“Los primeros datos dicen que vamos por buen camino y que tenemos una vacuna”, indicó Paul Hudson en una entrevista el viernes, refiriéndose a la vacuna que se está desarrollando con GSK y que estará lista para comenzar los ensayos clínicos el próximo mes.
Alrededor de 30 vacunas experimentales contra el coronavirus ya están en la fase de ensayo en humanos. Pero Hudson apuntó en junio que la probabilidad de que Sanofi obtuviera una vacuna con una eficacia superior al 70% era mayor que la de sus rivales, en parte debido a su experiencia en este terreno.
“Nuestra confianza ha aumentado. Tenemos que trabajar como todos en la fabricación de grandes cantidades de dosis. Pero tendremos una, tal vez dos vacunas el año que viene”, dijo Hudson.
Traducir Bio apuntó el pasado martes que la vacuna de ARNm había logrado una respuesta inmune en ensayos no humanos y que esperaba el test en humanos a partir de noviembre.
Sanofi ha cerrado acuerdos para la vacuna y el adyuvante con Estados Unidos y Reino Unido, y está en conversaciones avanzadas con la Unión Europea para entregar hasta 300 millones de dosis.
Pero la UE ofrece sólo una protección parcial contra los riesgos legales derivados de los posibles efectos secundarios de las vacunas, indicaron representantes europeos a principios de esta semana, una medida que está obstaculizando los acuerdos y contrasta con la política de Estados Unidos.
Con las vacunas contra la COVID-19, que se desarrolla una velocidad récord durante la pandemia, existe potencialmente un mayor riesgo de que puedan tener consecuencias inesperadas o que no sean efectivas.
En este sentido, la cobertura financiera es un asunto clave en las negociaciones de las farmacéuticas con los gobiernos.
Hasta ahora no hay aprobada ninguna vacuna contra el coronavirus, excepto la autorizada en Rusia antes de la fase ensayos a gran escala.
Reuters