El 2020 será un año difícil de olvidar para Novak Djokovic y no solamente por la pandemia de coronavirus que ha afectado a todo el planeta. El serbio se convirtió en uno de los personajes destacados de estos tiempos año por diversos episodios que marcaron su vida profesional y personal. Este domingo, sumó un nuevo capítulo a esta trascendental temporada al ser descalificado del US Open por golpear a una jueza de línea con una pelota.
El año comenzó con un gran éxito. Nole se consagró campeón del Abierto de Australia por segundo año consecutivo tras vencer en la final al austriaco Dominic Thiem. Un mes después, se alzó con el trofeo en el ATP de Dubai y extendió su hegemonía en el circuito.
Sin embargo, la interrupción del circuito de tenis a causa de la pandemia de coronavirus dejó al desnudo la faceta más controversial del número uno del mundo. En una entrevista que dio en abril, dijo que no estaba dispuesto a vacunarse en caso de que este fuera un requisito para volver a las canchas. “Personalmente, me opongo a la vacunación y no quisiera ser obligado a darme una vacuna para poder viajar”, sostuvo Nole en declaraciones recogidas por la agencia Reuters. “Yo tengo mis propios pensamientos sobre la cuestión y, aunque esos pensamientos podrían llegar a cambiar, no lo sé”, agregó el serbio, cuya postura antivacunas fue duramente criticada.
En junio, cuando la curva de casos comenzó a aplacarse, Djokovic decidió organizar una serie de torneos exhibición en diversas ciudades de Europa del Este. La iniciativa, además, contemplaba la presencia de público en los partidos. El denominado Adria Tour se desarrolló primero en Belgrado (Serbia) y luego en Zadar (Croacia), con la partipación de grandes figuras del circuito. En su faceta de organizador, el serbio fue muy criticado por la ausencia de protocolos sanitarios durante la competencia. No solo no hubo distanciamiento social ni uso de tapabocas entre los protagonistas y los asistentes al evento, sino que además los jugadores participaron de un partido de básquet y de una fiesta nocturna.
El torneo exhibición tenía previsto continuar en Banja Luka (Bosnia) para concluir el 5 de julio en Sarajevo. Sin embargo, la gran cantidad de contagios entre jugadores, entrenadores y auxiliares obligó a suspender el certamen. El propio Djokovic y su esposa Jelena dieron positivo. “Organizamos el torneo en el momento en que el virus se debilitó, creyendo que se habían cumplido las condiciones para organizar el Tour. Desafortunadamente, este virus todavía está presente, y es una nueva realidad que todavía estamos aprendiendo a enfrentar y vivir. Espero que las cosas mejoren con el tiempo para que todos podamos reanudar la vida como era”, dijo Nole en un comunicado.
Una vez que el circuito se reanudó a mediados de agosto, Nole volvió a desplegar su mejor versión y se consagró campeón del Masters 1000 de Cincinnati, que se disputó en Nueva York en el marco de una burbuja sanitaria. Por esos días también comenzó a crecer su faceta de dirigente deportivo, situación que generó un enfrentamiento público con el español Rafael Nadal y el suizo Roger Federer.
Una vez que terminó el torneo, y en las horas previas al inicio del US Open, el serbio anunció la creación de la Asociación de Jugadores Profesionales de Tenis (PTPA, por sus siglas en inglés), una organización por fuera de la ATP para representar a los jugadores, defender sus derechos y organizar sus demandas.
El serbio renunció a su puesto como presidente del Consejo de jugadores de la ATP con el fin de crear una organización paralela. El actual número uno del ranking, que hace ya tiempo viene peleando con los organizadores de los torneos por mejores condiciones y aumentos en los premios, construyó esta iniciativa creyendo que desde afuera de la entidad que rige el tenis mundial puede lograr mejores resultados.
Inmediatamente Djokovic logró el apoyo de tenistas como el canadiense Vasek Pospisil, el estadounidense John Isner y los argentinos Diego Schwartzman y Guido Pella. Sin embargo, en la otra vereda se posicionaron dos pesos pesados como Nadal y Federer, quienes cruzaron a Nole en las redes sociales. “El mundo está viviendo una difícil y complicada situación. Personalmente, creo que estos son tiempos para estar tranquilos y trabajar en conjunto en la misma dirección. Es tiempo de unidad, no de separación”, escribió el español en su cuenta de Twitter. Federer retomó sus palabras y señaló: “Estoy de acuerdo. Estos son tiempos desafiantes y de incertidumbre, pero yo creo que es central mantenernos unidos como jugadores y como deporte para construir el mejor camino para avanzar”.
Más allá de estas posturas que hasta el momento no han llegado a un punto de encuentro, Djokovic comenzó el US Open enfocado en sumar un nuevo éxito deportivo. Con Nadal y Federer aún fuera del circuito por su preocupación en torno al virus y las medidas de seguridad, el número uno del mundo parecía tener el camino allanado hacia el título que ya supo ganar en 2011, 2015 y 2018.
Sin embargo, ocurrió lo que nadie se esperaba. El extenso invicto de Nole – que llevaba 25 victorias y ninguna derrota desde el comienzo del 2020- se terminó este domingo con la descalificación en la cuarta ronda del Abierto de los Estados Unidos. El serbio caía por 6-5 en el primer set ante el español Pablo Carreño Busta cuando golpeó con una pelota a una jueza de línea y recibió la máxima sanción.
Djokovic aún no se ha manifestado tras el desafortunado hecho. En un año en el que dividió las aguas en el circuito, sus declaraciones respecto de lo ocurrido en el US Open son las más esperadas.