Miles de bañistas se volcaron a las playas de Río de Janeiro durante un fin de semana con más turismo interno en Brasil debido al feriado del lunes y a la flexibilización de la cuarentena por el Covid-19, que deja más de 4,1 millones de contagios y más de 126.000 muertes en el país.
En la popular playa de Ipanema, en el sur de Río de Janeiro, miles de bañistas se instalaron este domingo con sus sillas, pareos y sombrillas en la arena, pese a que la alcaldía lo prohibió y solo autorizó que las personas se tomen un baño en el mar. Muchos incluso iban sin mascarilla.
“Es un absurdo que esa playa esté llena de esa manera porque existe una ley y debe ser cumplida para poder proteger al prójimo”, dijo a la AFP Vera Lucia, una administradora de 63 años que iba en bicicleta por Ipanema.
Para otros como Mateus da Silva fue irresistible ir a disfrutar del mar en un día soleado. “Miedo tenemos, pero la felicidad de estar aquí en la playa es más fuerte”, comentó este panadero de 24 años, quien iba sin mascarilla.
El turismo interno se reactivó este fin de semana debido al feriado del lunes por la Independencia de Brasil. Atracciones como el Cristo Redentor también fueron escenario de aglomeraciones este domingo, según imágenes del canal Globo.
Los hoteles de Río registraron una media de 46% de ocupación entre el viernes y este lunes, con los barrios de Ipanema, Leblon, Leme y Copacabana entre los más demandados, informó el viernes el sindicato Hotéis?Río.
Debido a la pandemia “la reanudación del turismo ocurre de forma gradual” y algunos hoteles “todavía operan con capacidad reducida”, agregó.
La alcaldía de Río autorizó también la apertura de museos, galerías y parques, entre otros, en una nueva fase de flexibilización de las medidas de cuarentena, que prevé la prohibición de aglomeraciones y el uso obligatorio de mascarillas.
En Sao Paulo también se registraron extensas filas de autos saliendo de la ciudad rumbo a las playas del norte del estado, donde los alcaldes pidieron un refuerzo de la policía militar para controlar que los bañistas cumplan las restricciones.
Tras varios meses en una meseta con un promedio diario de más de mil muertos, el gigante sudamericano registra desde fines de agosto una leve disminución y computó en la última semana una media de 869 muertes y unos 40.000 contagios cada día.
El Ministerio de Salud afirma que los números revelan una “caída” en la curva, pero los especialistas independientes sostienen que la mejora todavía es “muy tímida” y “muy reciente”. La tendencia debe mantenerse por al menos dos o tres semanas para confirmarse.