Nueve farmacéuticas que están desarrollando vacunas contra el COVID-19 publicaron este martes un compromiso para “garantizar” y “priorizar” la seguridad y el bienestar de las personas vacunadas, en un intento de despejar los posibles recelos de quienes ven que la prisa por lograr un fármaco lo antes posible pueda conducir a la relajación de los estándares científicos y de seguridad.
“Nosotras, las compañías biofarmacéuticas abajo firmantes, queremos dejar claro nuestro compromiso continuo con el desarrollo y las pruebas de las vacunas potenciales para la COVID-19 de acuerdo con altos estándares éticos y principios científicos sólidos”, aseguran las farmacéuticas en el documento.
Asimismo, expresan su esperanza de que la firma del compromiso “ayude a asegurar la confianza del público en el riguroso proceso científico y regulatorio con el que se están evaluando las vacunas del COVID-19 y que eventualmente puedan ser aprobadas”.
Las compañías firmantes son Moderna, AstraZeneca, Pfizer, Sanofi, Johnson & Johnson, GlaxoSmithKline, Merck, Novvax y Sanoti.
En el documento, insisten en que la seguridad y la eficacia de las vacunas que producen, incluyendo la potencial vacuna para la COVID-19, es revisada y determinada por las agencias reguladoras de todo el mundo, como por ejemplo la Administración de Medicinas y Alimentación de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés).
“La agencia requiere que la evidencia científica para la aprobación regulatoria provenga de ensayos clínicos grandes, de alta calidad, que sean aleatorios (…), con la expectativa de estudios diseñados apropiadamente con un número significativo de participantes extendidos en diversas poblaciones”, dice la nota.
Hace cuatro días, Moderna, una de las farmacéuticas que está más avanzada en sus esfuerzos para desarrollar una vacuna, anunció que ha ralentizado las inscripciones de voluntarios para el ensayo. El objetivo, según el director ejecutivo de la compañía, Stephane Bancel, es garantizar la representación de las minorías en el proceso.
La compañía biotecnológica anunció el pasado julio que comenzaría, en colaboración con el Gobierno de EEUU, uno de los ensayos más grandes del mundo para probar la efectividad de una vacuna experimental contra la COVID-19 en 30.000 voluntarios, que serían reclutados en 89 lugares del país.
La empresa ha subrayado que los ancianos, las comunidades no blancas y las personas con condiciones de salud previa son una prioridad en los ensayos de la vacuna, dado su mayor riesgo ante la enfermedad.
En el caso de EEUU, muchos ciudadanos se han manifestado escépticos o reacios a darse una dosis de la vacuna para el Covid-19, en gran parte debido a los rumores de que el desarrollo de la vacuna, e incluso las posibles autorizaciones gubernamentales, se estén acelerando.
El desarrollo de la vacuna generalmente lleva años, sin embargo, en el caso de los ensayos de medicamentos contra el Covid-19, las mismas están progresando a un ritmo acelerado, debido a que las empresas y los países están urgidos en detener la propagación del coronavirus.