Los Gigantes disputaban una serie en Houston el mes pasado cuando Pablo Sandoval recibió una noticia alarmante.
Su esposa, Yulimar, había sido trasladada a la sala de emergencias luego de contraer COVID-19. Cuatro familiares más del venezolano, incluyendo sus dos hijos, también arrojaron positivo y presentaron síntomas. Fue una situación agobiante para Sandoval, lo cual llevó al capataz Gabe Kapler a darle un respiro al infielder de 34 años para permitirle mantenerse cerca del teléfono y estar pendiente la condición de su esposa.
“Mi esposa estuvo muy enferma”, dijo Sandoval el lunes en una videoconferencia con los medios. “La llevaron a la sala de emergencias un par de veces. El resto de la familia tuvo síntomas. Se trata de una de esas situaciones en las que, cuando te está pasando algo fuera del terreno de juego, especialmente tomando en cuenta que la temporada se detuvo debido a eso, te preocupas un poco más. Mis dos hijos son de alto riesgo, así que estaba más preocupado todavía”.
Sandoval reveló que sus familiares afectados ya se recuperaron y que ahora mismo ninguno tiene síntomas. El veterano nunca se ausentó del equipo, pero reconoció que fue difícil enfocarse en el béisbol durante el susto que pasó su familia.
Sandoval no se había dirigido a los medios desde los entrenamientos primaverales y agregó que las críticas que recibió por su peso durante el campamento primaveral incidieron en su decisión de rechazar múltiples solicitudes de entrevistas durante los últimos dos meses.
“Estoy consciente del jugador que soy”, dijo Sandoval. “Estoy consciente del muchacho que soy. Eso no importa. No hablé con ustedes por mucho tiempo debido a eso. No quería llenar mi mente de cosas negativas”.
El lunes, el infielder y bateador ambidiestro vio acción como titular por primera vez esta temporada en la tercera base en lugar de Evan Longoria, quien fue descartado debido a dolores en el glúteo derecho. Kapler dijo que la decisión fue tomada por precaución y que Sandoval venía trabajando fuerte para estar listo para defender la esquina caliente cuando fuese necesario.
Sandoval, quien firmó un contrato de liga menor para volver con los Gigantes tras someterse a una cirugía Tommy John en septiembre del año pasado, había aportado como una pieza valiosa de la banca en los últimos años, pero llegó al lunes bateando apenas .208 con un OPS de .522 en 30 partidos. Sin embargo, Kapler ha dicho varias veces que aún considera a Sandoval un bate peligroso, especialmente contra lanzadores derechos.
“Es una temporada muy corta”, señaló Sandoval. “Tratas de hacer todo lo posible por producir. A veces no consigues los resultados que quieres, pero, en resumidas cuentas, tienes que seguir trabajando y preparándote para las situaciones en las que me van a poner a jugar. Me preparo todos los días y vengo aquí a trabajar duro. Sigo trabajando en las jaulas y en las prácticas de bateo para mantener mi swing”.