¿Qué impacto tendrá la crisis económica generada por la pandemia de coronavirus en las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos? ¿Qué tan confiables son las encuestas que muestran una ventaja de Joe Biden? ¿Cuál es el estado de la democracia estadounidense? Estas son algunas de las planteadas este miércoles durante en un webinar organizado por la Universidad de San Andrés (UdeSA) con apoyo de la embajada de Estados Unidos en Buenos Aires, Argentina.
Moderada por Eugenia Mitchelstein, la conferencia contó con la participación de Germán Feierherd, doctor en ciencia política por la Universidad de Yale y profesor adjunto de tiempo completo en la UdeSA, Marcelo Leiras, profesor tiempo completo y Director del Departamento de Ciencias Sociales y de la Maestría en Administración y Políticas Públicas en UdeSA, y Michelle Riebeling, Consejera de Asuntos Públicos en la Embajada de los Estados Unidos.
“El impacto económico del coronavirus tendrá un efecto significativo en los votantes de Trump”, señaló Leiras al comienzo de la videoconferencia. “La recesión atribuible a las restricciones a la circulación afecta muy seriamente las chances del presidente, le quita la principal carta que tenía para exhibir en su desempeño como presidente”, agregó, en referencia al crecimiento de la economía y la caída del desempleo registradas en estos últimos cuatro años.
En línea, Feierherd recordó que “estudios de ciencia política demuestran que el voto económico es el predictivo mas importante para la reelección en Estados Unidos”.
“Desde ese punto de vista las chances electorales de Trump están comprometidas por la pandemia. Sin embargo, los votantes siguen confiando más en Trump que en Biden para conducir la economía”, indicó.
El estado de las instituciones en EEUU
Sobre las diferentes estrategias electorales del presidente Donald Trump, que busca la reelección, y el candidato demócrata Joe Biden, Feierherd señaló que la apuesta del republicano es ganar el colegio electoral y no el voto popular, “focalizándose en algunos estados”, y enfrentando una base contra la otra.
“La estrategia de Biden es todo lo contrario. A diferencia de Hillary, la izquierda demócrata está más alineada con su campaña, y por tanto apuntará al centro”, agregó.
Leiras apuntó que “algunas evaluaciones consideran que la democracia en Estados Unidos está debilitada, para un segmento del electorado, especialmente en la izquierda demócrata, se pone en cuestión la estabilidad de las instituciones”.
En tanto Feierherd consideró que “la presidencia de Trump ha sido en muchos aspectos transformadora, pero las instituciones han funcionado relativamente bien durante su presidencia”.
El poder de las encuestas
En los meses anteriores a las elecciones de 2016, la candidata demócrata Hillary Clinton lideraba en casi todas las encuestas frente a Trump, aunque por escaso margen. Pero el republicano finalmente se impuso.
Una situación análoga parece estar dándose ahora, aunque la distancia que Biden está logrando en las encuestas es mayor que la de Clinton en 2016, a poco menos de dos meses de las elecciones que tendrán lugar el 3 de noviembre.
“Las encuestas en general tienen un problema: la tasa de respuesta es muy baja. Es difícil extrapolar los resultados y atribuir eso a personas que no responden”, destacó Leiras. “Para el caso de Estados Unidos esto se refuerza ya que el voto no es obligatorio y es difícil prever en base a preguntas y respuesta quienes irán a votar”.
“A esto se le suma que la gente no sabe que tan dispuesta estará a ir a votar en el contexto de la pandemia”, agregó.
Sin embargo, Leiras destacó que los modelos predictivos “consideran muchos datos más allá de las encuestas”. “Vale la pena tener en cuenta las predicciones que se hacen, aunque no sea 100% precisas”, apuntó.
“Las encuestas en general nunca están tan lejos de los resultados que se observan”, agregó Feierherd, recordando que hace cuatro años el republicano tenía serias chances estadísticas de ganar, más allá de la ventaja de Clinton. “Hoy Trump tiene aproximadamente las mismas chances que en 2016, y eso tiene que ver con la estabilidad del sistema”.
Al respecto, Leiras recordó que en 2016 Trump perdió el voto popular pero ganó en estados en los que los republicanos no suelen ganar. “Su victoria fue una sumatoria de pequeños factores, pero no se trató un gran realineamiento de la política estadounidense”, argumentó. “Esas condiciones no se dan ahora, ya que Biden no cuenta con la imagen negativa de Hillary entre los demócratas”.