El presidente de Perú, Martín Vizcarra, se disculpó el viernes por la crisis provocada por unos audios grabados por su asistente, pero rechazó las acusaciones y afirmó, durante el juicio político al que se enfrenta en el Congreso, que no cometió ningún delito que deba conducir a su destitución.
Por Voz de América
“Lo único ilegal que está comprobado hasta ahora es la grabación clandestina”, dijo Vizcarra a los legisladores.
Las acusaciones se generan tras salir a la luz unos audios de declaraciones de colaboradores cercanos sobre la visita al Palacio de Gobierno de un cantante llamado Richard Cisneros -popularmente conocido como Richard Swing- investigado por el Congreso y la fiscalía por obtener contratos irregulares de asesoría con el Gobierno.
Las conversaciones corresponden a conversaciones entre las secretarias de ambos y el audio fue filtrado por la del mandatario, Karem Rojas. La grabación fue difundida hace ocho días por el parlamentario Edgar Alarcón.
En los audios se escucha a Vizcarra coordinar con ella y con otra funcionaria una estrategia de defensa para aclarar las veces que el músico Cisneros lo había visitado.
Vizcarra formuló sus descargos y calificó los audios como “editados”, durante la intervención ante el Congreso, y reiteró que está dispuesto a ser investigado por la fiscalía.
“Reconozco que es mi voz la que está en uno de esos audios (…). Lo que de ninguna manera voy a aceptar son las acusaciones que se me realizan y la forma tendenciosa como se viene presentando la información”, afirmó Vizcarra.
Su defensa duró alrededor de 20 minutos en una sesión virtual y con la presencia de algunos legisladores presentes.
“No me escondo, no lo he hecho antes y no lo voy a hacer ahora. Estoy aquí, con la frente en alto y con mi conciencia tranquila”, afirmó. “Perú no puede detenerse por el contenido de unos audios sin ninguna validez, la gestión de la pandemia y la reactivación económica no pueden estar en suspenso”.
El Congreso unicameral dominado por la oposición debe reunir al menos 87 votos de 130 legisladores para destituir a Vizcarra en el marco del juicio político, conocido en Perú como moción de vacancia.
Los legisladores parecían lejos de lograr los 87 votos para destituirlo, pero, aunque esquive el intento, analistas han advertido que el mandatario podría salir golpeado del proceso.