¿Hay realmente vida en Venus? La explicación para entender qué se halló y su significado

¿Hay realmente vida en Venus? La explicación para entender qué se halló y su significado

Venus es el planeta más cercano a la Tierra – ESO/M. Kornmesser & NASA/JPL/Caltech via REUTERS.

 

Desde que el hombre tomo conciencia de la existencia de otros mundos, siempre se preguntó si es posible la existencia de vida fuera de la Tierra.

Por Víctor Ingrassia / Infobae





Miles de millones de soles como el nuestro y otros tantos miles de millones de planetas que los orbitan nos hacen tener esperanzas que la respuesta es rotundamente afirmativa. Pero como el Universo es tan vasto y las distancias son tan grandes, el sí que confirme algún vestigio de vida extraterrestre aún se hace esperar.

A través de misiones interplanetarias con sondas que visitaron todos los planetas y hasta robots que se posaron en algunos de ellos, como Venus, Marte y Titán, la luna mayor de Saturno, siempre se han tratado de hallar muestras de vida extraterrestre. La búsqueda también se realiza por medio de observaciones desde la Tierra y el espacio, con los super telescopios cada vez más avanzados.

La primera foto a colores de la superficie de Venus. La imagen fue tomada el primero de marzo de 1982 por la sonda soviética Venera 13. La nave aterrizó con éxito en la superficie de Venus y resistió durante 127 minutos antes de sucumbir al infernal ambiente venusino, con más de 450 ° C y una presión 90 veces mayor que la de la Tierra. (Venera Team/ Don Mitchell)

 

Y así fue que de esa manera, un grupo de astrónomos internacionales afirmaron esta semana la “presencia aparente” por primera vez de fosfina en las nubes venucinas, una extraña molécula creada por microbios, lo que apunta directamente a un indicio de vida. El hallazgo no es garantía de que exista vida en Venus, pero los investigadores dicen que es un descubrimiento tentador que enfatiza la necesidad de más misiones al planeta Venus el mundo más caliente de nuestro Sistema Solar.

La científica Jane Greaves, astrónoma de la Universidad de Cardiff en el Reino Unido y autora principal de la nueva investigación publicada en la revista Nature Astronomy, junto con otros colegas y colaboradores se preguntó si la sustancia química llamada fosfina podría convertirse en una buena firma biológica si era detectada en otro mundo. Especularon que este compuesto natural y relacionado con la vida, debería degradarse rápidamente en atmósferas ricas en oxígeno, como las de la Tierra y Venus. Ello, partiendo de la premisa que en la Tierra, cuando no está siendo producida por procesos industriales humanos, parece encontrarse cerca de ciertos tipos de microbios.

Impresión artística de Venus, con un recuadro que muestra una representación de las moléculas de fosfina detectadas en las nubes altas. | Foto: Infobae

 

Entonces, la pregunta estaba hecha y el objetivo ya estaba fijado: fosfina en Venus. Greaves se dio cuenta que para responder a esa pregunta, podía utilizar un telescopio que conocía muy bien de otros trabajos ya realizados: el poderoso telescopio James Clerk Maxwell en Hawai. “Buscar fosfina en Venus podría ser realmente peculiar, pero no es difícil de hacer y no tomaría tantas horas de tiempo de telescopio”, pensó Greaves. “¿Por qué no darle luz verde?” Entonces, durante cinco mañanas distintas en junio de 2017, ella y sus astrónomos colegas usaron el telescopio para mirar a Venus.

Luego de realizadas las observaciones, permanecieron en una computadora durante un año y medio. “Pensé, bueno, justo antes de tirar esto a la basura, haré un último intento de analizar los datos”, confesó a los medios. Fue allí cuando sus ojos vieron una línea que cambiaría todas sus prioridades: “Había esta línea y simplemente no desaparecía, y parecía que ya no era imaginaria. Estaba completamente alterada”. Esa línea se trataba de una franja de un espectro, un código de barras químico que los científicos pueden leer en las observaciones de luz de un telescopio. Cada producto químico tiene su propia huella digital de líneas y espacios en blanco para poder identificar una sustancia determinada.

El planeta Venus visto desde Egipto. REUTERS/Amr Abdallah Dalsh

 

Casi dos años después de esa observación, los investigadores decidieron confirmar ese hallazgo, utilizando un telescopio aún más potente: el Atacama Large Millimeter / submillimetre Array (ALMA) ubicado en Chile, y que forma parte del Observatorio Europeo Austral (ESO), en marzo de 2019 para buscar la sustancia química nuevamente. ALMA reunió en pocas horas datos concluyentes: había más fosfina de la que esperaban los científicos. No una gran cantidad, pero si unas 20 partículas por cada mil millones, según detalla la investigación. “Estaba preparada para la decepción, pero fue increíble. Me sorprendió mucho, de hecho, quedé pasmada. “Podría proceder de procesos desconocidos de fotoquímica o geoquímica, o por analogía, de la producción biológica de fosfina en la Tierra, gracias a la presencia de vida”, agregó la experta.

Esa abundancia es significativamente más fosfina de la que esperaba ver. De acuerdo con la forma en que funcionan las observaciones de los telescopios, la sustancia química debe haber estado a más de 50 kilómetros sobre la superficie de Venus. Eso es aproximadamente la misma altitud a la que refiere un artículo científico publicado el mes pasado, con algunos coautores compartidos, que sugiere que la vida microbiana podría sobrevivir en forma de esporas en el aire de Venus.

La NASA captó en 2012 el tránsito de Venus por el Sol REUTERS/NASA/AIA/Solar Dynamics Observatory/Handout

 

Antes de atribuirle un origen biológico, Greaves y sus colegas se pusieron a trabajar considerando lo que podría haber creado toda esa fosfina: tal vez volcanes en erupción o rayos. Podrían haber sido meteoros derritiéndose en la atmósfera o vientos que arrancan partículas de la superficie del planeta. Pero ninguna de estas explicaciones les pareció suficiente. Como de costumbre, esforzarse por dar explicaciones más convencionales no significa que los científicos crean que han encontrado vida. Pero la posibilidad de pequeños insectos venusianos se ha vuelto gradualmente más plausible, y los investigadores enfocados en nuestro vecino planetario dicen que eso es importante, haya o no vida real para encontrar.

“Es la primera vez que se halla fosfina (o fosfano) en uno de los cuatro planetas telúricos del Sistema Solar, al margen de la Tierra. Este compuesto se halla también en planetas gigantes gaseosos del Sistema Solar, pero allí no es de origen biológico”, indicó Greaves, profesora de astronomía de la Universidad de Cardiff, que dirigió el estudio. “Podría proceder de procesos desconocidos de fotoquímica o geoquímica, o por analogía, de la producción biológica de fosfina en la Tierra, gracias a la presencia de vida”, explica la investigación.

La presencia de fosfina, un compuesto altamente tóxico, no sorprende en la atmósfera infernal del segundo planeta más cercano al Sol, compuesta en un 97% de gas carbónico. En su superficie, la temperatura es de un promedio de 470 ºC, con una presión más de 90 veces superior a la de la Tierra. Pero es en la espesa capa de nubes hiperácidas que cubren Venus hasta unos 60 km de altitud que el equipo de Greaves supone que se pueden hallar las moléculas. “Ahí, las nubes son ‘templadas’, alrededor de 30 ºC”, según el estudio, que no excluye que el gas se forme a una altitud más baja y caliente antes de elevarse.

Esta ilustración artística muestra la superficie y la atmósfera de Venus, así como moléculas de fosfina. Estas moléculas flotan en las nubes de Venus arrastradas por el viento a altitudes de 55 a 80 km, absorbiendo algunas de las ondas milimétricas que se producen en altitudes más bajas. Fueron detectadas en las nubes altas de Venus en datos del Telescopio James Clerk Maxwell y el Gran telescopio Milímetro/Submilímetro en el desierto de Atacama, en el que ESO es socio. (ESO / M. Kornmesser / L. Calcada vía REUTERS)

 

Pero, ¿de dónde procede? Greaves, que confía en “haber tenido en cuenta todos los procesos susceptibles de explicar su presencia en la atmósfera de Venus” antes de descartarlos, cree que solo queda como hipótesis un proceso desconocido o una forma de vida. En este último caso, “creemos que tendría un tamaño pequeño, para flotar libremente”, precisa la científica, cuyo estudio “insiste en que la detección de fosfina no supone una prueba robusta de vida, sino que solo constata una química anormal inexplicada”. Por ello Greaves y sus colegas abogan por una observación más precisa de este fenómeno, mediante un telescopio espacial o bien una nueva visita por sonda de Venus o de su atmósfera.

Escepticismo científico

Si bien se sabe que Venus es un mundo abrasador, las observaciones previas, incluso con robots en su superficie, sugieren que en el pasado albergó un océano de agua líquida. Durante la mayor parte de su historia, Venus podría haber sido tan habitable como la Tierra hasta algún momento de los últimos 1000 millones de años, cuando el aumento de los gases de efecto invernadero transformó el planeta en una trampa mortal. Quizá las formas de vida migraron a las nubes para evitar una extinción segura a medida que la superficie abrasadora se volvía menos habitable.

Venus es el planeta más cercano a la Tierra – ESO/M. Kornmesser & NASA/JPL/Caltech via REUTERS.

 

“La interpretación de que potencialmente se debe a la vida, creo, probablemente no es lo primero que haría”, explicó Victoria Meadows, astrobióloga de la Universidad de Washington sobre la nueva investigación. “Pero igualmente se trata de una detección intrigante que enfatiza que pasamos por alto a nuestro vecino. Tenemos que dar algunas explicaciones más. Este descubrimiento en especial es sólo otro recordatorio de cuánto más tenemos que aprender sobre Venus”, expuso Meadows, en clara crítica a como las principales agencias espaciales del mundo se han enfocado en Marte en lugar de Venus.

“Hay que aclarar que las observaciones de la nueva investigación se centran solo en una de las líneas del código de barras de la fosfina”, dijo Meadows, manifestando estar poco convencida de que los nuevos hallazgos representen una identificación concluyente de la fosfina producida por vida. “Hasta que podamos ir a buscar otra parte de ese código de barras, no podemos discriminar entre qué tipo de código de barras estamos mirando. Creo que tienen un buen argumento para que haya fosfina allí, pero creo que todavía no tienen lo que yo consideraría una detección precisa”, concluyó.

20/07/2020 Venus conserva decenas de volcanes activos. Un total de 37 estructuras volcánicas recientemente activas han sido identificadas en Venus por un nuevo estudio de la Universidad de Maryland y el Instituto de Geofísica de ETH Zurich. POLITICA INVESTIGACIÓN Y TECNOLOGÍA NASA/JPL

 

Según Penelope Boston, astrobióloga de la NASA que se especializa en el estudio de microbios en lugares extraños de la Tierra, dice que “es mucho más probable que la posible vida sea una reliquia de una biosfera primitiva dominante”. Pero igualmente se muestra escéptica: “Creo que ahora es un infierno condenado, así que ¿cuánta de esa señal antigua podría haber retenido?

Venus, el segundo planeta por su distancia del Sol, se consideró durante mucho tiempo el gemelo de la Tierra, ya que tiene casi el mismo tamaño que nuestro planeta y una gravedad y composición similares. Durante siglos, los humanos pensaron que su superficie podría estar cubierta de océanos, vegetación exuberante y ecosistemas frondosos, lo que ofrecería un segundo oasis para la vida en el sistema solar. Pero las primeras observaciones científicas y robots enviados a su superficie revelaron lo contrario. Se trata de un mundo aterrador. Literalmente, un infierno.

Próximas misiones a Venus

El planeta Venus es un infierno en sí mismo, con temperaturas que sobrepasan los 450 grados centígrados en su superficie. NASA/JPL-Caltech/Handout via REUTERS.

 

La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) preseleccionó en febrero cuatro proyectos de misiones que ahora están siendo revisados por un panel. Dos de ellos involucrarían sondas robóticas a Venus, y uno de estos, llamado DAVINCI+, enviaría una sonda a la atmósfera del planeta. “Davinci es el (proyecto) más lógico para elegir si estás motivado en parte por querer hacer un seguimiento de esto, porque la forma de hacer un seguimiento es ir allí y ver lo que sucede en la atmósfera”, dijo a Reuters David Grinspoon, un astrobiólogo que trabaja sobre la propuesta DAVINCI+.

Las otras tres propuestas son IVO, una misión a la luna volcánicamente activa Io de Júpiter; Trident, un viaje de sobrevuelo para mapear Tritón, la luna helada de Neptuno; y VERITAS, la segunda de las misiones propuestas a Venus que se centrarían en comprender la historia geológica del planeta. A la luz de los hallazgos del lunes, el administrador de la NASA Jim Bridenstine dijo que es “el momento de priorizar Venus”.

Rusia también prepara una misión al planeta gemelo de la Tierra. La agencia espacial rusa, Roscosmos, anunció este martes que llevará a cabo el proyecto “Venus D” (Venera, en ruso) como una misión nacional, sin cooperación con la NASA, como estaba previsto inicialmente. “Se ha adoptado la decisión de llevar a cabo la misión ‘Venus D’, que incluye un módulo de descenso y un orbitador, en calidad de un proyecto nacional, sin una amplia cooperación internacional”, señaló Roscosmos en un comunicado. La oficina de prensa de la agencia espacial rusa, precisó que no se trata de una renuncia a la cooperación con Estados Unidos en el proyecto, sino de una “reducción de su formato”.

Dilemas de la vida fuera de la Tierra

01/09/2020 Esta simulación combina imágenes de las misiones Magellan y Pioneer de la NASA y la coloración de las naves espaciales soviéticas Venera 13 y 14, revelando que Venus es actualmente un planeta completamente seco. NASA/JET PROPULSION LABORATORY-CALTECH

 

La existencia de vida extraterrestre durante mucho tiempo ha sido una de las cuestiones fundamentales de la ciencia. Los científicos han utilizado sondas y telescopios para buscar “biofirmas”, signos indirectos de vida, en otros planetas y lunas de nuestro sistema solar y más allá.

Pero para Clara Sousa-Silva, astrofísica molecular del Instituto de Tecnología de Massachusetts y coautora del estudio, se está cerca de comprobar la existencia de vida. “Con lo que sabemos actualmente de Venus, la explicación más plausible de la fosfina, por fantástica que parezca, es la vida, la única explicación que invertiría energía en producir moléculas. De lo contrario, en el universo la química solo ocurre cuando es energéticamente favorable”. “Debo enfatizar que la vida, como explicación de nuestro descubrimiento, debe ser, como siempre, la última posibilidad. Esto es importante porque, si es fosfina, y si es vida, significa que no estamos solos. También significa que la vida misma debe ser muy común y debe haber muchos otros planetas habitados en toda nuestra galaxia”, completó la especialista.

Sousa-Silva está de acuerdo en que el equipo necesita confirmar la detección de fosfina descubriendo más señales en otras longitudes de onda. Sus colegas y ella habían planeado esas observaciones con el SOFIA (Stratospheric Observatory for Infrared Astronomy), un telescopio transportado en un avión, y con el Telescopio Infrarrojo de la NASA en Hawái. Pero entonces llegó el COVID-19 y el trabajo del equipo debió suspendido. “Es decepcionante no tener estas pruebas”, se sinceró Sousa-Silva, pero no deja de tener esperanzas porque lleguen más descubrimientos y revelaciones.

“Si se confirma la detección de fosfina, la gente se pondrá a trabajar para averiguar de dónde viene. Puede resultar que la vida ni siquiera sea la mejor explicación. Es posible que la fosfina se haya encontrado en nubes con temperaturas moderadas, pero el área sigue siendo un lugar espantoso para que sobreviva la vida, incluso para los microorganismos más resistentes. No hay nada definitivo que diga que es biología”, afirmó Rakesh Mogul, químico biológico de la Universidad Politécnica del Estado de California que se centra en la vida microbiana extrema y que no participa en el estudio.

“Todavía hay muchas incógnitas. Y es bueno poner la biología como la respuesta, pero realmente, como científicos, debemos respaldarlo y asegurarnos de estudiar exhaustivamente todas las demás posibilidades”, completó Mogul.