Un hombre depravado de Georgia que coaccionó a 150 niñas para que le enviaran fotos y videos explícitos, y luego amenazó con publicarlos en línea o enviárselos a sus familias, fue sentenciado a 40 años de prisión, dijeron fiscales federales.
Por New York Post
Benjamin Jenkins, de 25 años, de Mableton, fue condenado en enero por producir pornografía infantil y distribuir pornografía infantil en un caso que se remonta a 2015 cuando usó alias en línea para contactar a niñas de entre 13 y 16 años, anunció la Fiscalía Federal para el Distrito Norte de Georgia.
Para atraer a sus víctimas, Jenkins utilizó varios alias y perfiles en línea para persuadir a las chicas de que le enviaran una foto sugerente. Luego amenazó con publicarlo en línea o compartirlo con los amigos y familiares de las niñas a menos que enviaran material más explícito, dijo el fiscal federal Byung Pak.
Jenkins incluso instruyó a las víctimas jóvenes sobre qué partes del cuerpo quería que mostraran, qué objetos usar para gratificarse sexualmente y obligó a algunos de ellos a enviarle imágenes viles de ellos mismos bebiendo su propia orina o lamiendo inodoros, dijeron los fiscales.
Una vez que una víctima lo bloqueó en línea, Jenkins envió sus fotos picantes a padres y amigos mientras exigía que la niña reanudara el contacto con él. Jenkins, quien también publicó fotos de desnudos de las víctimas en línea para que otros hombres las contactaran por sexo, victimizó a 150 niñas o más, dijeron las autoridades.
“Estas víctimas estaban atrapadas en un círculo vicioso del que no podían escapar”, dijo el agente especial interino de Investigaciones de Seguridad Nacional a cargo, Robert Hammer. “Continuaremos persiguiendo a estos depredadores mientras educamos a nuestros jóvenes sobre los peligros de la sextorsión”.
Además de su sentencia de 40 años de prisión, Jenkins pasará el resto de su vida en libertad supervisada y debe registrarse como delincuente sexual, dijeron los fiscales.
“Jenkins explotó hasta 150 niñas para su perversa satisfacción, causando un trauma increíble a estos niños y sus familias”, dijo Pak. “La pura degradación y depravación que Jenkins obligó a soportar a sus víctimas es inimaginable”.