Los venezolanos no hemos dejado de enfrentar al Narco chavismo ni un solo día desde que salió a la palestra pública. Tanto así que han tenido que cambiar de táctica, perseguir, apresar, torturar, asesinar. Tanto los hemos enfrentado que cada vez quedan más expuestos al desnudo en cuerpo y alma, tales como son: autoritarios, criminales, segregacionistas, asesinos, resentidos y preñados de odio.
Esa conducta excluyente en todo cuanto hacen, lejos de desinflar el ánimo colectivo, enardece aún más a la ciudadanía. Si hay algo que irrita a los venezolanos son las injusticias; nuestro pueblo es auténticamente igualitario, le molesta el maltrato a terceros, tiene solidaridad espontánea por el vulnerable, por el frágil, por el eximido de privilegios. Ese componente químico de nuestro ADN cultural no lo han podido cambiar con la “desesperanza inducida” diseñada y experimentada de manera exitosa para someter al pueblo cubano por más de 60 años. He ahí la primera diferencia.
Los venezolanos estamos en la calle, nunca hemos dejado de estarlo, algunas veces en acciones de masas y otras de vanguardia, pero la llama no se apagará nunca. Las protestas van en aumento, cada vez con más fuerza e irreverencia, contra lo que significa el narco madurismo de hoy. Tanta protesta como sea posible, tanta política como sea necesaria. Cada barrio un foco, hasta volverlos locos. Ya que no hay paz para los venezolanos, que no la haya para los tiranos. Falta, sí, articular esas protestas, organizarlas, sistematizarlas hasta hacerlas simultáneas. Sin anunciarlas, sin convocarlas, sin promocionarlas, sin advertir al régimen de su elaboración. Movernos como mariposas y picarlos como avispas. Quebrarles el control social. Romperles el espíritu de cuerpo. Intentar no exponer a los ciudadanos para no convertirlos en víctimas. Utilizar toda la maquinaria electoral de los partidos que operan en los 14 mil centros electorales de Venezuela en fuerza social de cambio. Apoyarnos en las iglesias, en los liderazgos docentes, afianzarnos en los movimientos estudiantiles universitarios y adolescentes. Hasta que nadie quede indiferente. Los trabajadores, los docentes, estudiantes, médicos y enfermeras, al lado de los productores y vecinos; haciendo sinergia con los partidos bajo una misma bandera. En el compromiso superior de liberar a Venezuela. Derrotar políticamente el fraude parlamentario, tal como hicimos con la constituyente y luego con el simulacro presidencial de mayo del 2018. Cualquier ciudadano desesperanzado puede decir, “pero se mantienen en el poder”. Sí, pero sin pueblo y sin respaldo internacional.
Eso significa que debemos seguir la ruta trazada hasta que caiga la tiranía. Sin elecciones presidenciales el proceso es un fraude que legitima a Maduro, de modo que es inaceptable. Presidenciales sí, todo lo demás es accesorio a estas alturas del juego. En consecuencia debemos allanar el camino para la continuidad constitucional desde la AN, amparados en el artículo 333 de la constitución. Luego del 5E evolucionar a gobierno de emergencia nacional. Y éste, acompañado de un congresillo parlamentario que burle la posibilidad de represión del régimen, sin perder legitimidad y representatividad ante propios y extraños. Instrumentados estos mecanismos, seguiremos la tarea hasta lograr el cometido.
Tenemos que estar conscientes que el chavismo-madurismo es una “ideología” criminal y cómo tal debemos exhibirla, hasta lograr el mismo propósito del pueblo aleman al proscribir el nazismo en su país.
Es una tarea gigantesca la que tenemos por delante. La lucha no termina, hasta que se acabe.
Américo De Grazia
Alemania 28 de Septiembre del 2020