Chile fortalecerá el control de su frontera en el desértico norte del país con el objetivo de “desmantelar” bandas que intentar hacer ingresar a personas de manera clandestina al territorio, dijo el lunes el canciller chileno, Andrés Allamand.
En una declaración a periodistas junto al ministro del Interior, Víctor Pérez, el canciller dijo que el gobierno había analizado la situación en la frontera norte y que “desarticular esas bandas delictuales es particularmente importante”.
“Vamos a fortalecer el control sobre las fronteras, que es particularmente extensa, vamos a continuar trabajando con las cancillerías de los países vecinos precisamente para coordinar esfuerzos”, dijo Allamand.
“Y vamos a ofrecer una cooperación en términos de contribuir a desmantelar las verdaderas maquinarias que existen, bandas de personas que en definitiva funcionan como trata de personas”, añadió el canciller, que no proporcionó más detalles.
Hace unos días la prensa chilena reportó que un grupo de motociclistas rescató a 23 ciudadanos venezolanos que se habían extraviado en el desierto tratando de llegar a la ciudad de Arica, en el extremo norte chileno, tras viajar por un paso no habilitado desde Perú.
La inmigración a Chile se multiplicó desde 2014 porque la estabilidad del país sudamericano atrajo sobre todo a migrantes de Haití y Venezuela. Pero el flujo disminuyó a mediados del año pasado, cuando Chile anunció que regularía y endurecería su política migratoria.
En su breve declaración, Allamand llamó a la pronta aprobación en el Congreso de la nueva ley sobre migraciones, cuya dilatada discusión fue reactivada por el gobierno del presidente centroderechista Sebastián Piñera pero aún está en trámites legislativos.
“Las personas que están ingresando clandestinamente al país están cometiendo un delito y en consecuencia lo que correspondería es que hubieran procedimientos expeditos para expulsar a dichas personas”, insistió Allamand.
Reuters