“La verdad” es un pájaro pequeñito, “raro” y lento, un poco parecido a todos los pájaros, con rasgos compartidos con cada especie de ave, difícil de distinguir. Es un poco tímido y nervioso a pesar de ser lento. A contra luz, “la verdad” parece una tortuga voladora. Y es que casi nunca llega a tiempo para uno a aclarar los asuntos humanos, incluso es esquivo a los tribunales y temeroso de los abogados; él llega al tiempo de él. Si hay mucho sol, “la verdad” es como un Cupido borracho disparando para todas partes sus flechitas sin ningún recato. Por ahí anda “la verdad”, “sobre Venezuela”, parece haber sido avistado (este diminuto y esquivo pájaro) por el gobierno y descrito en un libraco fantástico más largo que el “Ulises” de James Joyce. Parte de las descripciones desprendidas del avistamiento eran del orden siguiente: “Tenía los ojos pela’os, tenía el bigote chorrea’o, tenía los pelos para’os, tenía la barba, pa’tras, y bailaba este merengue sabroso así de medio la’o, y bailaba este merengue con este ritmo atravesa’o”. Hay que aclarar que “la verdad” “es” cuando el ojo humano la divisa posada sobre algo, y “es” sólo ahí, en ese instante, y sólo para el ojo que la vio. Es muy raro realmente, muy difícil y breve. Esto lo afirmo, porque he leído retazos de avistamientos de verdades de diferentes autores. Si juntara todas las verdades vistas y descritas como “verdades” en la historia de la humanidad, consistentes a todos los ojos, creo que no se podría escribir más de una palabra. Sin embargo, el gobierno tiene un libro de alta densidad con “la verdad” atrapada ahí. Siempre me ha llamado la atención que todos la citen cuando es tan difícil conocerla.
No será precisamente un “best seller”
La verdad no está contra nada ni nadie, es tan breve, tan delicada, tan relativa que apenas y puede sostenerse. Sin embargo, “los autores” de esta obra de “la verdad” la lanzan en un acto de crueldad inusitada e inútil contra “la infamia”. Y “la infamia” sí que es un animal peligroso y grande. “la infamia” traga pueblos, vidas, voluntades, “la infamia” se alimenta del odio y de la traición. Cómo se les ocurre a los autores lanzar a la frágil “verdad” contra la poderosa “infamia”. Es un acto despiadado “La verdad de Venezuela contra la infamia”, es un género literario lleno de crueldad, una “porno – crueldad”. Y es quién se le ocurre, si yo viera alguna vez a “la verdad” la protegería, es un tesoro. En qué cabeza cabe, lanzarla a morir como en el circo romano contra la poderosa “infamia”. Césares llenos de crueldad gobiernan al país ¡Insensatos! Se atribuye a Georges Jacques Danton la frase “En las revoluciones la autoridad recae en los mayores sinvergüenzas”, me pregunto si será “la verdad”.
¿Desmentirá realmente a “la infamia”?
No lo voy a leer. Pero estoy seguro de que logrará de alguna manera dimensionar ciertos hechos. Por ejemplo: según “la infamia” al ciudadano “fulano de tal” no se le torturó hasta darle muerte, sólo se le torturó hasta dos horas antes, con lo cual se demuestra que “la infamia” miente. A la ciudadana “tal” no se le agredió sexualmente de forma repetida hasta el punto de tener que reconstruirle “tales partes” sólo se le tuvo que reconstruir el 75% de lo que “la infamia” “maliciosamente” señala. Aquí dejamos las fotos de la ciudadana con “sus partes” reconstruidas. Y así me imagino que “la verdad” irá a pesar de ser chiquitica y nerviosa, arrinconando a “la infamia”. Es un derecho a réplica que el gobierno asume. Es el discurso que se piensa “vender” a nivel diplomático al mundo.
En cuanto al “derecho a réplica”, siempre me ha parecido que nunca termina de resarcir el “daño reputacional”, por eso es, que a pesar de estar taxativamente señalado en nuestro marco jurídico, “opino”, que son mejores los tribunales. Son los tribunales los que deben combatir a “la infamia”, ya que allí “la verdad” no se asoma ni por error y puede estar a salvo de algún daño. Además, los tribunales están “de tú a tú” con “la infamia”. En nuestro caso, basta leer las sentencias del Tribunal Supremo de Justicia.
¿Qué pasará con “la infamia”?
“La infamia” no corre ningún riesgo. En primer lugar representa la opinión pública mundial y nacional, en segundo lugar, ella también tiene su “pizca” de “verdad”. Así como el símbolo del yin yang . Cada uno tiene un puntico del color del otro, así “la infamia” tiene “verdad”.
Entonces, sí es el tribunal internacional de la Haya
Parece el lugar más apropiado para que el gobierno de Maduro defienda sus argumentos y dilucide el asunto ante los ojos del mundo. Si “la verdad” que él dice tener, se atreve a pisar un tribunal por primera vez en su vida, cosa que yo dudo, entonces ahí que le suelten a “la infamia” y veremos qué pasa en esa “pelea de gallos”. De otra manera, todavía puede operar como lo ha venido haciendo en el juicio contra Alex Saab y como es la costumbre del gobierno.
¿A quién beneficia todo esto?
Al ex juez español Baltasar Garzón. Parece haber sido “avistado” frotándose las manos. Y eso sí lo creo mucho más. Más probable el frotamiento de manos de Garzón, que los avistamientos de nuestra “tortuga voladora”.
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