Cuando LeBron James decidió mudarse de Cleveland a Los Ángeles a mediados de 2018, lo hizo con un propósito: agigantar aún más su leyenda como un jugador apto para triunfar en una franquicia de las más modestas de la liga y también hacerlo con el equipo que más finales de la NBA disputó en su historia. Aceptó el reto y tomó el legado de Kobe Bryant para intentar conducir a los Lakers a un nuevo campeonato. Hoy, en la antesala del comienzo de las finales con Miami Heat, el Rey está a cuatro victorias de ponerse por cuarta vez la corona.
Por Juan José Ciceri / Infobae
¿Cómo hizo James para estar a los 35 años en su mejor condición física? Para LeBron, el cuidado de su cuerpo se convirtió en una pieza de clave en su rompecabezas. Así lo mostró en sus redes sociales mientras la NBA estaba paralizada por el avance de la pandemia de coronavirus en los Estados Unidos. Montó un gimnasio similar al que tienen los Lakers en su propia casa y se ejercitó hasta en cuatro turnos a la espera del regreso a la acción. Una vez que se anunció la vuelta a la actividad, James fue un camión con acoplado en la ruta hacia su deseo de lograr un nuevo título.
Para acompañar sus trabajos con el cuerpo, que incluye la incorporación de ejercicios en la piscina, el jugador de 35 años incluyó hace varios años una metódica dieta que le da el combustible necesario a su cuerpo para rendir al máximo. El número 23 de los Lakers inicia su día con una comida rica en proteínas y frutas: su desayuno está compuesto de panqueques de clara de huevo, bayas -las frutas de la familia de los arándanos, fresas y moras- y yogurt descremado. Otra opción viable de alimento matutino puede ser un baguel de harina de trigo integral con un toque de mantequilla de maní.
Antes del almuerzo es normal que James ingiera más yogurt, frutas -una de sus favoritas es la manzana- y consuma los clásicos batidos con proteína en polvo. En la previa a los partidos, el tres veces campeón de la NBA enfoca su dieta en una con proteínas bajas en grasa y carbohidratos: ensaladas con verduras varias, pasta integral y pechuga de pollo son parte del menú que elige LeBron para alimentarse antes de salir a la cancha. En el entretiempo de los encuentros sólo consume jugos y alguna fruta, y después de jugar su dieta apunta a consumir algún batido protéico o más pollo combinado con brócoli.
A pesar de gastarse un millón de dólares en el cuidado de su cuerpo, hay algo que el nacido en Akron, Ohio, no puede dejar de consumir. Por las noches, ya sea en los días libres o después de conseguir una victoria, James demuestra su fanatismo por el vino. Es capaz de beberse varias botellas mientras disfruta de jugar a los videojuegos o mira algún partido de la NFL.
Más allá de su condición física, superlativa para un deportista que está transitando ya el final de su carrera, LeBron acentuó un detalle que lo enaltece como uno de los mejores jugadores de la historia y que le permite seguir en la contienda por ser considerado el mejor de todos los tiempos que jugó este deporte. Cada temporada que pasa, el dominio sobre los diferentes aspectos del juego transformaron a James en un jugador de toda la cancha. Hoy, en su rol de líder de estos Lakers, terminó de unir las piezas del equipo para convertirse en candidato al título. Fuera de la cancha, fue clave para seducir al gigante Antonhy Davis y sumarlo como su otro yo, la estrella que faltaba para conformar el nuevo dúo dinámico que domina la NBA.
Dentro del campo, los números de LB hablan por sí solos de lo que ha sido una campaña deslumbrante. Mejoró las estadísticas de la fase regular en los playoffs: promedia casi 27 puntos, más de 10 rebotes y 9 asistencias. Por eso su frustración cuando no fue elegido como el Más Valioso de la NBA, premio que la prensa finalmente le dio por segundo año consecutivo al griego Giannis Antetokounmpo. “Me enojó porque de 101 votos solamente obtuve 16 de primer puesto. Eso me enojó más que nada. No digo que el ganador no lo merecía o nada por el estilo, pero eso me enojó. Terminé segundo muchas veces en mi carrera, sea para campeonatos o ahora ya cuatro veces para el MVP. Hay cosas que están fuera de mis manos, cosas que no se controlan, pero me enojó”, dijo en contacto con la prensa en la burbuja de Orlando.
Como él mismo se encargó de decir, para sus Lakers el trabajo todavía no está terminando. A la espera de enfrentarse contra la franquicia en la que obtuvo sus primeros títulos en la NBA, la clasificación a la definición de la liga ya dejó varios hitos para la carrera del número 23. James participará de su final número 10, algo que sólo lograron otros tres jugadores en la historia de la competición: Bill Russell (12) y Sam Jones (11) con la camiseta de los Boston Celtics, y el mismísimo Kareem Abdul-Jabbar, que lo hizo en dos ocasiones con los Milwaukee Bucks y las ocho restantes con la dorado y púrpura de los Lakers.
Además, la décima participación en las finales de la NBA para el Rey establece que el propio jugador ya tendrá más presencias que 27 franquicias de la liga. La participación con los Cleveland Cavaliers en la del 2007 (perdió 4-0 ante los San Antonio Spurs de Tim Duncan, Tony Parker y Manu Ginóbili) y las cuatro al hilo contra los Golden State Warriors (ganó la del 2016 después de estar 1-3 en la serie y perdió en 2015, 2017 y 2018. Vestido con la casaca del Miami Heat, su promedio mejoró: ganó dos definiciones y perdió las dos restantes. Fue bicampeón en 2012 y 2013 (en ambas elegido como el MVP de las finales) y cayó en 2011 y 2014.
Otro dato estadístico que lo pondría en un grupo selecto de jugadores en caso de ganar sería el de lograr el campeonato con una tercera franquicia. Pero, si más allá de sumar un nuevo anillo, también es elegido el jugador más valioso, en este apartado sería el primero de la historia en conseguirlo con tres equipos diferentes.
Durante las finales 2020 de la NBA, LeBron se situará en el top 5 de los jugadores con más partidos en la definición de la liga. Sumará más puntos para acercarse al primer lugar de máximos anotadores que todavía conserva otra leyenda de los Lakers, el genial Jerry West. El ex 44 de Los Ángeles suma 1.679 puntos contra los 1.383 de James que a partir de hoy seguirán creciendo. Segundo en asistencias y robos, quinto en rebotes y sexto en tapones, el 23 de los Lakers buscará algo más que su cuarto anillo.
Desde que se confirmó el regreso de la competición, LJ reafirmó su condición de líder vocal de la NBA en su lucha contra el racismo y la igualdad racial. Fue uno de los que impulsó que el apoyo a los jugadores con el mensaje Black Lives Matter y, a pesar de no utilizar ningún mensaje particular en su camiseta, estuvo de acuerdo en que otros protagonistas pudieran elegir llevar rótulos como “Libertad”, “Paz”, “Amor” en sus espaldas.
El asesinato de George Floyd, un ciudadano afroamericano a manos de la policía, marcó un precedente y el ataque contra Jacob Blake generó un histórico boicot en pleno reinicio de la competencia en Disney. Según los periodistas especializados en la cobertura de la NBA, el propio LeBron fue uno de los que habría impulsado la cancelación de la temporada ante las agresiones y maltrato contra la comunidad negra en los Estados Unidos. Finalmente, eso no sucedió y James aprovechó para mentalizar a la ciudadanía de la importancia de votar en las elecciones presidenciales que se realizarán el próximo 3 de noviembre.
Su enemistad pública contra Donald Trump es conocida, lo mismo que su plan para que todos los gobernadores de las franquicias de la liga ayuden a concientizar a la población del valor de ir a sufragar en la contienda electoral que enfrentará al actual presidente contra el demócrata Joe Biden.
LeBron James está listo. A 10 años del último título que lograron los Lakers de la mano del ya desaparecido Kobe Bryant, el Rey tiene un motivo más para sumar su cuarto anillo de campeón: continuar con el legado ganador que dejó su amigo en Los Ángeles para que todo el mundo vuelva a hablar sobre la comparación con Michael Jordan y sobre quién es el jugador más influyente de todos los tiempos.