Les llaman las “hormiguitas” y, en un solo momento, de una madrugada, se puede ver hasta a cien de ellas entrando “cargadas” por Guana, en el municipio Guajira, al norte del estado Zulia, limítrofe con Colombia.
Por Andreína Itriago / El Tiempo
Se trata de camiones tipo F-350 o F-750 con decenas de ‘pipas’ –como les dicen– organizadas en pirámide. Cada una de esas ‘pipas’ almacena 250 litros de gasolina, que traen de Maicao.
Las caravanas de camiones, que entran a diario por este punto, con el combustible colombiano, pertenecerían a guajiros venezolanos, quienes manejarían el negocio del contrabando inverso de gasolina –ahora de Colombia a Venezuela–, con la anuencia de guardias y policías de este país.
No se trata de algo nuevo. Los lugareños y algunos implicados en menor escala lo remontan a enero de este año, antes de que llegara la pandemia a esta parte del mundo.
“Comienza automáticamente con la crisis de la gasolina, pero ahorita se acentuó, durante la cuarentena,”, denuncia a este diario el diputado opositor Virgilio Ferrer, representante de las etnias indígenas en el Parlamento venezolano.
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