La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, manifestó que actualmente los venezolanos que se encuentran en Colombia enfrentan una situación “difícil y precaria”, lo que genera un “aprieto” en el mercado laboral local y representa “un desafío difícil de enfrentar”.
Por Karen Sánchez | Voz de América
Según Migración Colombia, el país alberga 1,7 millones de migrantes venezolanos. La mayoría de ellos (343.169), se encuentran en Bogotá. Desalojos de sus viviendas y pérdidas de empleo han sido el común denominador de esta población, en la pandemia.
Durante una charla con medios internacionales, la mandataria de la capital colombiana aseguró que, en la coyuntura, se les ha “rogado” a los venezolanos que no regresen a su país. “Hemos hecho todos los esfuerzos para que no tengan que hacer una travesía en condiciones tan riesgosas”, aseguró López.
Aunque manifestó que no tiene a cargo el manejo de la política migratoria en el país, le ha sugerido al Gobierno Nacional tener prudencia en la apertura de la frontera. Así mismo, aseguró que, a lo largo de estos meses, los migrantes han recibido ayudas en especie y atención en salud.
“A pesar de no tener seguro, el sistema público de Bogotá ha asumido el costo del nacimiento del tratamiento en primera infancia y de madres gestantes, de cualquier mujer, cualquier nacionalidad, que llega a los hospitales públicos colombianos. ¿Nos cuesta? Sí. Lo hacemos con profundo y con profunda humanidad”, manifestó, sin señalar los costos exactos de esta atención.
Aunque señaló que hay un incremento de venezolanos que incursionan en delitos, “no es mayor a la proporción en la que ha crecido la población venezolana en Colombia” y enfatizó en que Bogotá ya tiene suficientes problemas, como para alentar uno más: la xenofobia.
La pandemia, otro desafío
Según autoridades locales, en Bogotá han fallecidos cerca de 7.000 personas, a causa de la COVID-19. Entre los efectos de la crisis generada por la pandemia, se encuentra un porcentaje de desempleo del 20%, en el mes de agosto.
A pesar de ello, López se siente optimista, pues dice que la pandemia también generó oportunidades, como la posibilidad de agilizar los procesos de la entrega de la renta básica, la disminución de la brecha digital, entre otros.
La alcaldesa informó que, hacia noviembre y diciembre, se podría presentar una segunda ola mucho menor que la primera. En primer lugar, porque “en la medida en que la pandemia va creciendo, pues va afectando a unos, va ganando un nivel de inmunidad colectiva” y porque se han adelantado una serie de medidas.
Entre estas, se encuentran la promoción del cuidado individual. La detección de síntomas, el asilamiento y el reporte de contacto para los cual se han hecho, dijo, convenios con las EPS, además, para hacerle seguimiento y control a mayores de 60 años, que pueden tener cualquiera de las comorbilidades.
“Bogotá debe estar hoy por encima de los 6.000 rastreadores” de casos de COVID-19, informó López.
A esto se le suma las estrategias de cultura ciudadana la implementación de los protocolos de bioseguridad de cada actividad.
Dijo que es incierto saber si es necesario aún hacer algún tipo de cierre parcial, a pesar de las medidas, peo que se espera no tomar esa decisión. La tercera ola de contagios, agregó, podría presentarse, al final del primer trimestre del año entrante.