La pandemia de COVID-19 ha provocado una crisis para la democracia en todo el mundo. Desde que comenzó el brote de coronavirus, la situación de la democracia y los derechos humanos ha empeorado en 80 países, Venezuela entre ellos. Los gobiernos han respondido participando en abusos de poder, silenciando a sus críticos y debilitando o cerrando instituciones importantes, a menudo socavando los propios sistemas de rendición de cuentas necesarios para proteger la salud pública.
Por Freedom House
Traducción libre del inglés por lapatilla.com
Esta es la conclusión de una nueva investigación de Freedom House sobre el impacto de COVID-19 en la democracia y los derechos humanos, realizada en asociación con la firma de encuestas GQR. Basado en una encuesta de 398 periodistas, trabajadores de la sociedad civil, activistas y otros expertos, así como en una investigación sobre 192 países realizada por la red global de analistas de Freedom House, este informe es el primero de su tipo y el esfuerzo más profundo hasta la fecha para examinar la condición de la democracia durante la pandemia.
La investigación respalda firmemente la hipótesis de que la pandemia de COVID-19 está agravando los 14 años de disminución consecutiva de la libertad. La democracia no solo se ha debilitado en 80 países, sino que el problema es particularmente agudo en las democracias en lucha y en los Estados altamente represivos; en otras palabras, los entornos que ya tenían débiles salvaguardias contra el abuso de poder son los que más sufren. Los hallazgos ilustran la amplitud y profundidad del asalto a la democracia. Como dijo un encuestado sobre Camboya, “El gobierno [tomó] el coronavirus como la oportunidad de demoler el espacio democrático”.
Caso Venezuela
Según el informe, en Venezuela los mayores abusos del régimen de Nicolás Maduro han sido restricciones a los medios de comunicación, al derecho a protestar, detenciones arbitrarias y violencia policial.
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