Dos tercios de los ingredientes activos necesarios para fabricar medicamentos genéricos se fabrican en Asia, según mostró un estudio el miércoles, que subraya la dependencia de Europa de las importaciones extranjeras para sus fármacos.
Los Estados europeos se inquietaron al principio del brote de coronavirus cuando la India, uno de los mayores productores de componentes de medicamentos, prohibió las exportaciones de ciertos productos necesarios para combatir la pandemia, lo que generó temor a interrupciones en las cadenas de suministro y la escasez de medicamentos.
Aunque esos temores eran en gran medida infundados, los ministros de Sanidad de la Unión Europea se comprometieron a impulsar la producción local de medicamentos para protegerse de posibles futuras demoras.
El estudio, realizado por el grupo de presión alemán de medicamentos genéricos Pro Generika, analizó la producción mundial de 565 ingredientes activos farmacéuticos (API, por sus siglas en inglés) y se comprobó que el 63% de los que obtuvieron certificados de calidad, que los declaran aptos para su uso en medicamentos, tienen su origen en Asia, frente a alrededor del 31% en 2000.
La presión de los precios y unos requisitos legales más laxos han dado lugar al desplazamiento de la producción de medicamentos de Europa a Asia en las dos últimas décadas, dijo Pro Generika.
Más del 80% de los ingredientes certificados de Asia están en manos de fabricantes de la India y China, donde la mayoría de los productores se concentran en unos pocos estados y provincias, según el estudio. Tan sólo un puñado de fabricantes en todo el se reparte más de la mitad de los API.
Europa posee el 31% de los certificados de API, por debajo del 59% del año 2000, y los productores, principalmente de Italia, Alemania, España y Francia, se centran en ingredientes con bajos volúmenes de venta que son complejos de fabricar.
Asustada por la pandemia, Francia anunció en junio planes para reforzar la producción nacional de medicamentos, y su presidente Emmanuel Macron prometió 200 millones de euros (236 millones de dólares) para ayudar a la investigación y la fabricación nacional de medicamentos.
Austria también está invirtiendo dinero para reforzar la producción en una planta de antibióticos en el Tirol de Sandoz, división de la farmacéutica suiza Novartis.
Distintos agentes de la industria advierten que traer la producción a casa puede ser un proceso complicado, aduciendo que los costes laborales más altos y las normas ambientales más estrictas hacen imposible competir con los proveedores asiáticos en cuanto al precio.
Novartis dijo que más que la proximidad de un proveedor, se trata de establecer al menos dos suministradores para que los ingredientes clave tengan opciones de reserva en caso de cortes en la cadena.
Un doble suministro es “un enfoque claro frente a esta idea de traer más producción, que creo que es el primer instinto de muchas autoridades sanitarias”, dijo Maria Soler Núñez, jefa del grupo de calidad de la farmacéutica suiza, en un evento en línea organizado por el Financial Times.
El primer ejecutivo de Merck KgaA, Stefan Oschmann, dijo a Reuters que la escasez de medicamentos al principio de la pandemia fue mínima, añadiendo que es “poco realista” repatriar grandes partes de la cadena de producción a Europa. Reuters