Ríos de tinta se han escrito sobre lo tortuoso que puede ser trabajar para Stanley Kubrick, un genio cuya obsesión con el detalle podía llegar a resultar agotadora para muchos intérpretes. No así para Nicole Kidman, que disfrutó trabajando con un cineasta que se mostró empático con su situación en todo momento.
Por ABC
El director de «El resplandor» le dijo desde el primer momento que debía hacer un desnudo frontal en «Eyes Wide Shut», algo que puso en guardia a la actriz, no del todo cómoda con la situación.
«Cuando empecé a trabajar con Stanley Kubrick, él me dijo: “Voy a querer un desnudo frontal”. Y yo me quedé en plan, “Uf, no lo sé”», reconoció la protagonista de «Los otros» en una entrevista con «New York Times Magazine». Al final, director e intérprete llegaron a un acuerdo, por el que se incluía una cláusula en el contrato de Kidman que dio seguridad a la actriz para abordar una de las escenas más eróticas de su carrera: «Él me enseñaría las escenas de desnudos antes de incorporarlas a la película. Así yo me sentiría totalmente segura. No dije que no a nada, solo quería tener claro que no iba a aparecer desnuda y con todo el mundo riéndose de mí».
«No me hubiera gustado que la historia quedase mal contada (…) Hacer que me dijeran: “Una vez que estés contenta, esto está hecho”, es una posición fantástica en la que estar si eres una mujer: el acuerdo contractual que tengo con el director que me permite mostrarme desnuda y hacer escenas de sexo porque me siento segura», ha reconocido Nicole Kidman.
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