Por hoy, nos concentraremos en la competencia por la relección o relevo del presidente de EE UU. Recordemos, que el sistema norteamericano para votar a este último es a dos grados. Los ciudadanos habilitados para participar en el sufragio popular -en este caso previsto para el próximo martes, 3 de noviembre- eligen, en un primer grado, a un número de delegados por cada estado de la Unión y, éstos, en segundo grado, son los que en última instancia votan, directamente al más alto mandatario de Estados Unidos. El ganador en el voto popular, no siempre ha salido airoso en los resultados de los delegados, pero eso se ha registrado de manera excepcional y solo cuando la ventaja en la votación popular ha sido muy cerrada.
Un sondeo del Washington Post-ABC del 27 de septiembre pasado reportó que el candidato opositor Joe Biden, superaba al presidente, Trump, por 31% entre las mujeres probables votantes y que este último, a su vez, superaba al señor Biden por 13%s entre los votantes probables masculinos.
Tal preferencia de las damas, a favor del candidato opositor es la que ha prevalecido, si se considera que al totalizar ambos sectores el candidato del opositor aventaja al señor Trump, por un 10,83% conforme al promedio de seis mediciones generales al 7 de octubre de The Economist/YouGob; Rasmussen; CNN; Survey USA; CNBC/Change Research y JTN/RMG Research (ver resumen de Real Clear Politics (https://www.realclearpolitics.com/epolls/latest_polls/president/) De concretarse tal tendencia, sería la brecha de género más grande de cualquier elección presidencial en EE UU, desde que la ratificación de la Decimonovena Enmienda constitucional otorgó a las mujeres el derecho al voto hace un siglo.
Sondeos de Wall Street Journal /NBC News del 13 al 16 de septiembre (https://www.wsj.com/articles/biden-leads-trump-by-8-points-in-new-wall-street-journal-nbc-news-poll-11600606801) y de Gallup (https://news.gallup.com/opinion/pollingmatters/320903/black-turnout-2020-election.aspx) constataron que el señor Biden aventajaba al señor Trump entre los votantes afroamericanos de 90% a favor a 5% en contra, con un rechazo a este último del 87%.
Según el “think tank”, no partidista, Pew Research Center (https://www.pewresearch.org/2020/09/23/the-changing-racial-and-ethnic-composition-of-the-u-s-electorate/) la participación electoral de la población afroamericana ha sido, del 57% en 2000; del 65% en 2008; del 67% en 2012 y luego descendió al 60% en las elecciones de 2016 en las que la señora Hillary Clinton rivalizó con el propio señor Trump. Tal caída de siete puntos porcentuales en la participación entre los votantes afroamericanos, afectó de manera particular a la señora Clinton en los estados de Wisconsin, Michigan y Pensilvania, lo que a la postre ocasionó su derrota. Esos estados, hoy aparecen dominados por la opción Demócrata, apuntalados por los votantes afroamericanos (ver el enlace del portal Real Clear Politics, citado supra). El voto afroamericano constituye el 13% del padrón electoral. Su eventual compactación en torno a la candidatura del señor Biden sería la segunda circunstancia determinante en la competencia Presidencial.
Casi 2 de cada 3 estadounidenses desaprueban el manejo del presidente Trump en la crisis del Coronavirus y el 68 % de los encuestados expresó que no confía en lo que dice el Presidente sobre la pandemia (https://thehill.com/homenews/administration/516180-almost-2-in-3-americans-disapprove-of-trumps-handling-of-pandemic). Este último al politizar el uso de la mascarilla terminó por horadar su solvencia en el manejo del COVID-19, lo cual a nuestro juicio es el tercer factor que parece inclinaría el resultado de la carrera Presidencial. Nos permitimos, recordar lo obvio: los sondeos de opinión, no son las elecciones y la última palabra, en el caso que comentamos la escucharemos el próximo tres de noviembre.
¿Y los venezolanos?
Tenemos gratitud empeñada con el señor Trump, por haber colocado la tragedia compatriota en el primer plano mundial, así como, por la adopción de numerosas sanciones contra Maduro y su pandilla más allá que no lograron deponer al narcotirano. Los opositores, en particular quienes participan, en la gestión del señor Guaidó, están en la obligación ética y también práctica de darle continuidad a los lazos con los sectores vinculados con el partido Republicano, más allá de ahondar y seguir cultivando vínculos con el sector representado por el señor Biden. Por lo pronto resulta halagüeño que este último no haya ahorrado epítetos al reiterar que Maduro es un dictador, un narcotraficante, un asesino, megaviolador de DD HH además del compromiso, muy importante, de otorgarles a los venezolanos refugiados en EE UU, estatus temporal de protección migratoria.
@omarestacio