Hay una evidente similitud en la forma de actuar del Partido Demócrata de Joe Biden y Bernie Sanders y la de los partidos pertenecientes al Foro de Sao Paulo (FSP) en América Latina: parecen tener los mismos asesores. Promueven o justifican protestas vandálicas antes de las elecciones para así atemorizar a la población (caso Antifa y Black Lives Matter); afirman que ya ganaron y que si no les reconocen el triunfo es porque hubo fraude (imitando el discurso de Donald Trump, por cierto); están dispuestos a levantar el país si los resultados no les son favorables y su campaña está basada en mentiras y en descalificaciones en contra de sus adversarios, no en propuestas serias.
Nunca antes en la historia de EE.UU. una campaña electoral había sido tan traumática. Tras el asesinato del afroamericano George Floyd, en mayo de 2020, se produjeron protestas simultáneas en más de cien ciudades, muchas de ellas violentas. El modus operandi de los manifestantes y la coordinación hace suponer que había una estructura central de comando, con amplia financiación. La semejanza entre los disturbios en EE.UU. de 2020 y las protestas vandálicas de 2019 en Ecuador, Chile y Colombia, son inocultables. En cuanto a la motivación, todas ellas fueron detonadas por causas que podrían justificar las protestas, pero no su magnitud ni su violencia. El anuncio de ciertas medidas económicas en Colombia y Ecuador, el aumento del pasaje del Metro en Chile y el asesinato de Floyd, fueron usados como excusa para el vandalismo, lo que no soluciona nada y empeora la situación económica.
Si el largo brazo del FSP llegó hasta España, a través de Podemos, cuyo inicio fue financiado por Chávez, Evo Morales y Rafael Correa, ¿por qué no habría de llegar a EE.UU.? El FSP opera abiertamente allí. La página del FSP www.forodesaopaulo.org informó que el 17 de junio de 2017, se llevó a cabo el Segundo Encuentro Anual del FSP en el Área de Washington D.C., Maryland y Virginia, y el 30 de junio de 2019 en Nueva York con la participación de representantes del Movimiento al Socialismo de Bolivia (MAS), el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional de El Salvador (FMLN), el Movimiento Sin Tierra del Brasil (MST), el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), los Socialistas Demócratas de EE.UU., el Partido Comunista de los Estados Unidos, y ¡bingo!, Black Lives Matter.
No debe extrañar que el Foro tenga sus bases en el corazón de los Estados Unidos: el 18 por ciento de la población norteamericana, unos sesenta millones de habitantes, son de origen hispano. ¿Cuántos hispanos con nacionalidad norteamericanos son marxistas y proclives a trabajar con el FSP? Probablemente miles, sobre todo considerando la enorme influencia que han cobrado las ideas marxistas en las universidades norteamericanas. Aunque en Estados Unidos exista libertad de pensamiento y de asociación, el FSP no es una mera organización política: entre sus integrantes se encuentran personajes buscados en los propios Estados Unidos, como es el caso de Nicolás Maduro, quien ha sido señalado por las autoridades norteamericanas de ser el «capo» del narcotráfico más importante de América Latina. Lo que más llama la atención es que la afinidad que existe entre el Partido Demócrata y el FSP no es secreta. Al contrario, es escandalosamente pública; prueba de ello son las muestras de apoyo mutuo. Algunos ejemplos, entre muchos otros.
El 18 de noviembre de 2019, el candidato presidencial demócrata, Bernie Sanders, aseguró que en Bolivia había habido un «golpe de Estado» contra Evo Morales y dijo «creo que Morales hizo un buen trabajo aliviando la pobreza, en darle a la población indígena de Bolivia una voz que nunca tuvieron antes». Morales se lo agradeció públicamente.
Maduro y Biden
Por su parte, el régimen de Nicolás Maduro no esconde su simpatía por el candidato demócrata Joe Biden para las elecciones del 3 de noviembre. De hecho, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) publicó en su página web y divulgó en sus redes sociales un artículo en el que destaca las promesas electorales de Biden para los inmigrantes venezolanos. El precandidato colombiano Gustavo Petro, fue aún más lejos en su apoyo a Biden, y declaró en una entrevista en CNN que si él fuese ciudadano estadounidense: «Sin duda, votaría por él». Lo que suscitó una dura respuesta del presidente Trump, quien señaló «Biden incluso ha recibido el respaldo del socialista Gustavo Petro, un antiguo miembro de la guerrilla del M-19. Nada bueno, ¿Verdad?».
El Grupo de Puebla, asociación que reúne a políticos latinoamericanos izquierdista y que funge de brazo político del Foro de Sao Paulo, se reunió el pasado 4 de septiembre para debatir sobre las elecciones en Estados Unidos. Señaló que una posible victoria del candidato presidencial demócrata, Joe Biden, podría tener consecuencias positivas para América Latina. A esto hay que añadir los vínculos que tiene Maduro con Black Lives Matter. En septiembre de 2015, Maduro participó en la Cumbre de Líderes Afrodescendientes celebrada en Harlem, NY, donde fue condecorado. Entre los panelistas estaba nada menos que Opal Tometi, una de las fundadoras de Black Lives Matter. Por su parte, Tometi viajó a Venezuela para supervisar el recuento de votos en las elecciones parlamentarias del 2015.
Tomando en cuenta todos los elementos mencionados, es hora de iniciar una investigación seria para determinar si el Partido Demócrata está siendo infiltrado por el Foro de Sao Paulo. Hasta podríamos preguntarnos ¿Quién maneja el teleprompter que lee Joe Biden? ¿No será el Foro de Sao Paulo?