Gustavo Coronel: Venezuela y Guyana se intercambian relevancia geopolítica

Gustavo Coronel: Venezuela y Guyana se intercambian relevancia geopolítica

Gustavo Coronel

Guyana obtuvo su independencia hace 50 años, en 1970. Desde ese momento hasta hoy ha estado sujeta a reclamaciones de su vecina Venezuela sobre un territorio que abarca las dos terceras partes de su extensión. Durante la mayor parte de ese lapso una Venezuela relativamente gigantesca ejerció presión política, económica y militar sobre una relativamente pequeña Guyana, a fin de hacer válida su reclamación.

Esta presión pareció disminuir durante los años en los cuales Hugo Chávez quiso convertirse en líder político de la región. Basándose en su amistad con el entonces presidente de Guyana Bharrat Jagdeo (hoy vicepresidente), Chávez utilizó a PetroCaribe para comprar la buena voluntad de los guyaneses y tratar de lograr con la astucia lo que no se había podido lograr con la fuerza o la diplomacia tradicional. Esta fue una estrategia dictada a Chávez por Cuba y por algún tiempo dio resultados, generando mucha simpatía por el paracaidista. En las calles de Georgetown abundaba el slogan chavista: AQUI NO SE HABLA MAL DE CHAVEZ. El tiranuelo venezolano se convirtió en benefactor de Guyana, proporcionándole petróleo y dinero para proyectos sociales que llevaban su nombre. En la prensa guyanesa se hablaba de la determinación de Chávez de llegar a un acuerdo satisfactorio y pacífico de la disputa, lo cual era una maniobra de factura castrista para imponer su tutelaje político sobre el pequeño país. Sin embargo, con la muerte de Chávez y la llegada del incoloro Nicolás Maduro al poder esta estrategia se debilitó, hasta el punto que la pretensión venezolana está prácticamente abandonada.

Es dramático observar como la importancia geopolítica de los dos países se ha invertido en los últimos diez o doce años y como la fortaleza interna de los dos países ha dado un vuelco. En ese breve período de tiempo una Venezuela petrolera que lucía gigantesca se ha empequeñecido, mientras que la minúscula Guyana se está convirtiendo – en términos relativos – en una gigante petrolera.





Hoy existe un nuevo gobierno en Guyana que es el producto de una elección presidencial en la cual CARICOM, y USA intervinieron a fin de lograr que se respetaran los resultados, los cuales llevaron al gobierno a los partidos de oposición. El nuevo entorno político y económico del país tiene algunas características importantes para su estabilidad política y económica:

– Ha logrado el apoyo de los Estados Unidos, de la Unión Europea y de CARICOM para su integridad territorial y su seguridad;

– El nuevo presidente es un empresario, el vicepresidente fue presidente de Guyana en una oportunidad y el Primer Ministro parece ser competente y pro-estadounidense;

– La industria petrolera se encuentra en crecimiento, ya que se han localizado significativas reservas de petróleo liviano, las cuales permiten proyectar una producción de unos 750.000 barriles diarios hacia 2025, es decir, el doble de lo que Venezuela está produciendo actualmente. Este petróleo es de mucho mejor calidad que el petróleo de la Faja del Orinoco, la cual está estancada en su desarrollo, con sus plantas de mejoramiento sin mantenimiento, debido a la incompetencia y corrupción del chavismo;

– El país está en una curva de aceptación política creciente y de un positivo futuro económico, respaldada por los países más importantes del planeta. Inclusive China es socia de Exxon en el sector petrolero guyanés;

– Mientras Venezuela está sentada sobre sus reservas petrolíferas Guyana ya posee unos 8000 millones de barriles de reservas probadas y está en proceso de estructurar una Comisión que se encargaría de manejar el desarrollo petrolero, una especie de Agencia Nacional de Hidrocarburos. Mientras tanto, en Venezuela la “revolución” socialista está pensando en entregar la industria petrolera a Irán y Rusia, en un proceso de total derrota ideológica;

Mientras Guyana se consolida Venezuela se desintegra. Los guyaneses que vivían en Venezuela están regresando a su país mientras que en Guyana se enfrentan a una creciente cantidad de venezolanos refugiados. El tráfico de drogas y la explotación ilegal del oro que lleva a cabo el régimen de Nicolás Maduro y sus cómplices en las Fuerzas Armadas le están causando graves problemas a Guyana.

Mientras las relaciones de Guyana con los organismos internacionales es excelente, el rechazo a Nicolás Maduro en la ONU, la OEA, CARICOM, el Grupo de Lima y la Unión Europea es prácticamente unánime. PetroCaribe, el arma petrolera de Venezuela, ha sido derrotada en la región. Guyana está disfrutando de una verdadera luna de miel con la comunidad internacional al mismo tiempo que el régimen venezolano se ha convertido en forajido.

Mientras Venezuela ha ido de gigante regional a ser el país más pobre de la región, Guyana ha crecido en importancia. Este es un vuelco que exige el más desapasionado análisis de los venezolanos, ya que hoy nos encontramos hasta por debajo de Haití en los índices socio-económicos. Somos una sociedad enferma que requiere terapias severas para enfrentarse a su grave realidad, incluyendo la extirpación del chaviplastoma que la aqueja.

Basta de sueños mesiánicos. Dejemos tranquilo a Bolívar y dejemos de creernos el ombligo del universo. Comencemos la tarea decidida de crear nuevos ciudadanos conscientes de que Venezuela es un país de mediano tamaño, con recursos importantes, los cuales – sin embargo – tienen valor cero mientras no podamos desarrollarlos con eficiencia.

Lograr crear una masa crítica de ciudadanos activos requiere de un esfuerzo intenso de dos generaciones. Si no se hace, el país permanecerá en el más profundo atraso.

Sobre Guyana, hagámonos la pregunta: Si no hemos sabido cuidar lo que tenemos, ¿para qué seguir exigiendo más?