El levantador de pesas español de origen venezolano Andrés Mata vive “con impotencia” las últimas noticias del panorama internacional de la halterofilia, una disciplina que, según dijo en declaraciones a Efe, está “sucia” y tiene dos problemas, uno deportivo relacionado con el dopaje y otro político que trata de banalizar el uso de las sustancias ilegales.
Mata, que lleva compitiendo en torneos internacionales desde 2011 y ha ganado dos diplomas olímpicos, en Londres 2012 y Río 2016, además de varias medallas en Europeos, aseguró que durante todo este tiempo ha visto a tantos levantadores de pesas “hacer trampas” que ya lo tiene “normalizado”.
“Tenemos asumido que siempre va a haber algún participante que use sustancias dopantes. Para los que competimos es obvio cuando alguien lo hace, es un problema muy grande que afecta a todas las categorías de nuestro deporte”, afirmó.
El malestar de Mata aumentó en los últimos días tras la destitución de la presidenta de la Federación Internacional de Halterofilia (IWF, por sus siglas en inglés), Ursula Papandrea, que fue sustituida por el vicepresidente primero, Intarat Yodbangtoey, el exmandatario de la federación de Tailandia.
Algo que para Mata, y también para el Comité Olímpico Internacional (COI), ha supuesto “un escándalo” porque durante el mandato de Yongbandtoey el país asiático fue sancionado por varios casos de dopaje y los tailandeses quedaron eliminados del Mundial de Pattaya 2019 que ellos mismos organizaron.
En las últimas horas y debido a la presión ejercida por deportistas y por el COI, la IWF ha designado a un nuevo presidente provisional, el británico Mike Irani, lo que supone el tercer presidente en tres días y el cuarto en nueves meses.
Mata señaló que hay “una división muy fuerte” en este estamento federativo, por un lado países y deportistas que confían en limpiar la halterofilia y por otro, los que históricamente han sido amonestados por el consumo de sustancias ilegales.
“Hay entrenadores que ni siquiera saben sacar adelante a un deportista sin dopaje porque llevan toda la vida entrenando así”, manifestó el tinerfeño, que aseguró que la única salida es “un cambio generacional” en la gestión.
Asimismo, recordó cómo deportistas que han sido sancionados se han cambiado de nacionalidad y han reaparecido con el paso de los años haciendo “marcas impresionantes”, y citó el caso del kazajo Nijat Rahimov, medalla de oro en Río 2016 en la categoría de 77 kilos, la misma que Andrés Mata.
“Es muy difícil creer que alguien que hace eso esté limpio. Es un salto en el rendimiento espectacular que, además, consiguen sin la progresión deportiva habitual, que es participando en otros torneos”, explicó.
Lo peor es que “no es un caso, ni dos, es que es el día a día” de este deporte, que corre peligro de ser expulsado de los Juegos de París 2024 si no se realizan transformaciones urgentes, añadió.
“Cuando el año pasado el COI aseguró la presencia de la halterofilia en París, yo sabía que era precipitado porque cuando surgen estos escándalos y llegan a la opinión pública, se demandan acciones”, indicó.
La expulsión de Yodbangtoey ha calmado un poco la indignación de los deportistas, pero la decepción puede seguir sacudiendo a esta modalidad olímpica porque, entre otras cosas, todavía falta información por destapar del caso McLaren, una investigación que además de hacer públicos los datos que expulsaron a Rusia de las pruebas de atletismo de 2016, también destapó la corrupción y el encubrimiento de deportistas dopados por parte de la IWF.
“Para limpiar la halterofilia hace falta muchísimo, por eso es imposible garantizar su presencia en los Juegos. Ya no se pueden reducir más plazas porque estamos al límite, la halterofilia o está o no está en París 2024”, subrayó.
Mata solo ve dos opciones posibles, que el COI tome el control de la IWF e implante medidas más restrictivas en el uso de sustancias ilegales o que la halterofilia deje de ser olímpica, con todo lo que eso supondría.
“Sin París 2024 se quitarían los centros de alto rendimiento y dejarían de entrar subvenciones públicas, porque al final los gobiernos apoyan este deporte porque es olímpico”, dijo.
La atención está puesta en los siguientes Juegos, pero también hay mucha incertidumbre sobre Tokio 2020 puesto que hay un sector de la IWF que defiende cambios en las pruebas clasificatorias.
“Yo ya tengo mis seis competiciones hechas y mis puntos cogidos. He hecho todo el proceso y me gustaría que todo el mundo que va a los juegos pase por el mismo camino que yo, quiero que en Tokio la competición sea lo más limpia posible”, insistió.
Mata se recupera en la actualidad de una operación de rodilla a la que se sometió el pasado mes, lo que dificulta su preparación para Tokio y se suma a la tercera modificación de la fecha del Europeo de Moscú, que se debía disputar en marzo y que ahora tendrá lugar en 2021.
Este Europeo es una prueba clasificatoria para Tokio e iba a suponer un cambio en la IWF porque, de forma paralela al torneo, estaba previsto un congreso electoral.
EFE.