Para este grupo de mujeres y la comunidad que conforman, sumergirse en el mar es mucho más que un trabajo, es un estilo de vida. Este es la historia de las Ama, las sirenas japonesas que practican el buceo libre.
Por: Cultura Colectiva
Conocidas como Ama, uminchi o Kaito, las Ama es un grupo de mujeres japonesas que se han ganado el mote de sirenas debido a que desde más de 2 mil años de historia se han caracterizado por sumergirse en el mar helado para recolectar abulones y sus preciadas perlas.
La primera aparición de las Ama en la historia y por lo que es posible rastrear la tradición a tantos años es en la poesía japonesa del siglo VII, sin embargo, como suele ocurrir con muchas leyendas y costumbres antiguas, cabe la posibilidad de que estas mujeres recolectoras tengan mucho más tiempo de existencia y persistiendo incluso en el siglo XX.
Quiénes son las Ama
Además de casi dos milenios de existencia, las Ama de Japón son un grupo especial ya que la mayoría de las buceadoras son mujeres, las cuales suelen comenzar su carrera en la adolescencia. Ellas, como muchos otros grupos humanos que han construido una vida económica y social a partir de la pesca o sus habilidades para sumergirse en las profundidades del mar, encuentran su profesión basadas en su talento no sólo para bucear, sino también de recolectar de forma eficiente los abulones y otras especies marinas.
Si bien, este grupo de mujeres aún no ha sido estudiado como el caso de otras tribus como los moken o bajau cuyas actividades y vida en el mar han cambiado sus características físicas y los hacen más habilidosos para ver debajo del agua o soportar grandes profundidades; las Ama han destacado porque desde sus inicios solían bucear sin equipo de protección que cualquier buzo en la actualidad usaría para protegerse del frío del mar o poder respirar por más tiempo bajo el agua. Además, así como sus símiles, se trata de una comunidad que también tiene un estilo de vida seminómada, ya que en temporadas de invierno suelen migrar hacia las costas para comenzar la recolección, mientras que en la primavera algunos migran hacia la Isla Hegurijima.
En ese sentido, las Ama tradicionalmente solían portar prendas de color blanco, que si bien no las protegían del frío, sí se creía que ayudaba a repeler a los tiburones: uno de los mayores peligros que se han encontrado y que le ha costado la vida a muchas mujeres en el agua.
Del mismo modo, las Ama tradicionalmente pescaban y recolectaban sin equipo, sumergiéndose hasta 10 metros, sin embargo, esta tradición con el tiempo comenzó a cambiar. Ellas, así como muchos otros han notado el cambio en la fauna del mar y la visibilidad dentro de este a causa del cambio climático y la contaminación.
En un testimonio para la United Nations University, una mujer que destinó su vida a estas prácticas relató cómo años atrás, cuando recién comenzaba a entrenar y a bucear se podía ver hasta 25 metros de profundidad, sin embargo, con el paso de los años, el mar se ha vuelto más turbio y la visibilidad es escasa. Asimismo, reportan que la elevación de la temperatura de los mares en el planeta también ha afectado a las especies que recolectan, pues a pesar de sus cuidados, la población de abulón ha disminuido.
La pesca sostenible
Como ocurre con otros grupos étnicos en el mundo que por diversos motivos suelen adoptar los avances tecnológicos de forma tardía o que se insertan en los modelos económicos que rigen la modernidad, éste es un grupo que basa su organización en la colectividad, la comunidad y por supuesto en la sustentabilidad. Todas las decisiones sobre sus reglas y estilo de vida suelen ser tomadas en comunidad, y la forma en la que pescan siempre ha tenido como objetivo mantener el equilibrio y evitar la sobrepesca para no poner en riesgo a las especies.
Este enfoque ha sido esencial incluso para la adopción de visores, los trajes de neopreno y las aletas, tres herramientas que hacia 1964 fueron tomadas con precaución pues podrían promover que se sobre recolectarán los abulones, aunque con el paso de las décadas este temor desapareció y su uso fue extensivo. No obstante, contrario a las anteriores, en este grupo, el uso de tanques de oxígeno fue prohibido y es una decisión que no ha cambiado a pesar del tiempo.
Una tradición que está pereciendo
Sin embargo, como suele ocurrir, el contacto con la vida moderna poco a poco ha transformado las vidas de las Ama, si bien han mantenido muchas de sus tradiciones y se conservan los conocimientos de generaciones pasadas para aprender a lidiar con el mar mismo, poder sumergirse por más tiempo y a mayores profundidades, y claro está, encontrar los mejores abulones.
Lo cierto es que el número de Ama ha ido en declive con el paso de las décadas. Tan sólo hacia 1935 aún existían algunos rituales especiales como celebraciones con arroz rojo cada que nacía una mujer que pudiera continuar con sus tradiciones, pero actualmente, según los datos de la BBC, existen menos de 2 mil Ama, un resultado directo de la amplia disponibilidad y baja de precios que la pesca comercial ha provocado, lo cual las ha forzado a modificar aún más su estilo de vida y entonces adoptar la oleada de turistas que ya sea por conocimiento o coincidencia, pueden hospedarse en sus cabañas llamadas amagoya y comer productos del mar recién recolectados y frescos.