Más de medio millón de personas podría morir en Estados Unidos por el COVID-19 para fines de febrero del próximo año, pero unas 130.000 de esas vidas podrían salvarse si todos utilizaran mascarillas, según estimaciones de un estudio.
Los cálculos, incluidos en un estudio de investigadores del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington, muestran que ante la escasez de opciones de tratamientos efectivos contra el COVID-19 y sin vacunas disponibles aún, Estados Unidos enfrentará “un continuo desafío de salud pública por el COVID-19 durante el invierno (boreal)”.
Estados grandes y populosos como California, Texas y Florida se podrían ver afectados por niveles especialmente altos de enfermedades, muertes y demandas de recursos hospitalarios, indicó el estudio.
El manejo por parte del presidente Donald Trump de una pandemia que ha acabado con la vida de más de 221.000 personas hasta la fecha se ha convertido en un gran asunto en la pugna electoral con su rival demócrata Joe Biden.
Los sondeos muestran que los estadounidenses confían en Biden más que en Trump para gestionar la crisis.
Reuters