DECLARACIÓN INICIAL
Yo acuso a la Fuerza Armada de nuestro país, Venezuela, de traición a la patria.
Dirán algunos, hasta con indignación, ¿cómo me atrevo a hacer una acusación tan grave en contra de una institución que debe tener muchos miembros dignos y meritorios?
Estoy seguro de que se argumentará que esta acusación es tremendista porque entraña una “generalización”, lo cual siempre es injusto.
Creo necesario comenzar por responder a esta posible reacción diciendo lo siguiente: Al hacer esta grave acusación me baso en realidades constatables. Hoy la Fuerza Armada participa activamente en el régimen opresor que ostenta el poder en Venezuela. Así lo documentaré.
QUE ES LO QUE NO DIGO
No digo que todos los militares venezolanos son delincuentes indignos. Es imposible cuantificar cuantos miembros de la institución son dignos o son indignos. Sin duda, los hay dignos;
No digo que todos los militares venezolanos apoyan el actual régimen. No tengo la manera de verificar cuantos lo apoyan y cuantos lo rechazan. Sin duda, hay quienes lo rechazan.
QUE ES LO QUE SI DIGO
Que la institución armada está actuando como socio activo y cómplice principal de un régimen represivo, corrupto y criminal;
Que muchos de sus miembros, a todos los niveles jerárquicos, están involucrados este crimen en contra del país. Esta es una realidad bien documentada. Ello lleva a la institución a estar caracterizada por una actitud de complicidad.
Que aún aquellos miembros quienes pudieran estar en desacuerdo con esta tragedia guardan silencio, por las razones que sean, lo cual los convierte en seres neutros y en cómplices por omisión de la tragedia.
ESTA REALIDAD NOS LLEVA A UN BALANCE NETO
El balance de mis consideraciones es que la institución denominada Fuerza Armada venezolana es culpable de traición a la patria, por haber permitido con su silencio, o participado activamente, en el asalto a la constitución y a la democracia venezolana por el grupo de criminales del denominado chavismo/madurismo, constituyéndose – durante los últimos 20 años – en socia principal de esos criminales.
CUAL ES LA MISION DE LA FUERZA ARMADA
El extraordinario pensador estadounidense, Samuel Huntington, a quien tuve el placer de conocer bien en Harvard, definió la relación entre el soldado y el estado como una en la cual el militar profesional debe estar supeditado al control civil. Amplió ese concepto al decir que existe un control subjetivo y un control objetivo. El primero tiene que ver con el control de lo militar por un segmento del poder civil (un partido) y eso, decía Huntington, es indeseable. El segundo conservaba la autonomía de la institución militar y ello es bueno. Según este autor la esencia del control objetivo es que preserva el profesionalismo militar mientras que la esencia del control subjetivo es que niega la existencia de un sector militar independiente y apegado estrictamente a su misión medular, convirtiéndolo en un mero espejo del estado.
COMO SE HA COMPORTADO HISTORICAMENTE LA FUERZA ARMADA VENEZOLANO EN SU RELACIÓN CON EL PAÍS
La Fuerza Armada venezolana se ha comportado, casi siempre, como una institución pretoriana, es decir, con vocación de poder político. Durante los últimos 120 años su relación con el estado ha estado caracterizada por: (a), la existencia de un despotismo militar más o menos corrupto durante la dictadura de Juan Vicente Gómez; (b), un corto período de profesionalización, desde 1936 a 1945, el cual fue remplazado por las intervenciones militares en el poder, desde 1945 hasta 1958 (c), un equilibrio dinámico entre el estado y la fuerza armada en base a concesiones mutuas, como fue el caso de la etapa democrática de 1958-1998 y, (d) la implantación de un sistema de dominación militar- cívico, a lo Chávez-Ceresole y, posteriormente, a lo Maduro-Padrino López, durante el período 1999-2020.
Durante la etapa democrática, 1958-1998, las Fuerzas Armadas tuvieron momentos estelares en los cuales orientaron sus esfuerzos hacia las tareas del desarrollo. Sin embargo, como nos dicen Haydee Ochoa Henríquez e Isabel Rodríguez Colmenares en “ Las fuerzas armadas en la política social de Venezuela” , ver: https://www.redalyc.org/pdf/267/26702006.pdf: “en esta etapa se intensifica la relación de las fuerzas armadas con los partidos políticos, iniciada en la década de los sesenta, lo que dio lugar a prácticas de corrupción y relaciones clientelares entre los militares y los partidos políticos, afectando el proceso de institucionalización, hecho que tuvo lugar especialmente entre las élites militares y las políticas”. El camino hacia la traición tiene su germen en esos años y se manifestó abiertamente al llegar Hugo Chávez al poder.
LA MAGNITUD DE LA TRAICIÓN DURANTE LA ETAPA 1999-2020
Con la llegada de Hugo Chávez al poder en 1999 comienza una etapa durante la cual la democracia venezolana, resentida por la progresiva mediocrización del proceso bipartidista que había comenzado en 1958 fue abandonada por mucho del pueblo, el cual pensó que Hugo Chávez representaría un cambio radical positivo. Esta creencia estuvo equivocada, debido a la actitud anti-democrática de Hugo Chávez, quien rápidamente remplazó el sistema democrático por un estado vulgar, autoritario y represivo hasta llegar a la dictadura abierta, con el consentimiento, primero, y la participación activa después, de la Fuerza Armada venezolana.
La naturaleza autoritaria de Hugo Chávez fue advertida por muchos venezolanos desde el inicio. Su juramento ante una constitución “moribunda” debió suscitar el rechazo de todos los demócratas pero fue aceptado por el liderazgo político de la época sin chistar. La convocatoria ilegal a una Asamblea Constituyente originaria fue aceptada y apoyada por muchos demócratas. En 1999 la actitud de soberbia anti-democrática del gobierno de Chávez era tan aparente que Jorge Olavarría la puso de relieve en su discurso del 5 de Julio, diciendo verdades que le fueron criticadas por un liderazgo político y militar cobarde, de baja calidad ciudadana, ya enamorado del “hombre fuerte”, incluyendo líderes democráticos como Henrique Capriles, quien es aún un actor importante en la escena política venezolana.
Con el paso del tiempo el gobierno de Hugo Chávez se fue convirtiendo en una verdadera alianza “cívico-militar”, en base a la doctrina del anti-semita Norberto Ceresole, una alianza patrocinada abiertamente por Chávez en base a estrategias elabo0radas en La Habana. Esta participación militar progresiva en la conducción del gobierno significó el abandono de su misión medular, el abandono de su verdadera profesión, los primeros signos evidentes de la traición. Los militares venezolanos pasaron de ser simples gendarmes del caudillo a ser copartícipes del poder.
Un extraordinario trabajo de Transparencia internacio0nal, Capítulo Venezuela, ver: https://transparencia.org.ve/wp-content/uploads/2018/06/La-Fuerza-Armada-Venezolana-tiene-luz-propia-en-la-corrupci%C3%B3n.pdf trae considerable información sobre la participación directa de la Fuerza Armada venezolana en el gobierno/régimen del chavismo, bajo Hugo Chávez y Nicolás Maduro.
MINISTERIOS
Para fines de 2017, de los 32 ministerios existentes doce de ellos estaban bajo el control militar:
Ministro del Poder Popular para el Eco socialismo y Aguas Ramón Celestino Velásquez (4/1/2017-ACT) Coronel de la Aviación
Ministro del Poder Popular de Obras Públicas César Alberto Salazar (4/1/2017- ACT) Almirante
Ministro del Poder Popular para Relaciones Interiores, Justicia y Paz Néstor Luis Reverol Torres (8/2016- ACT) Mayor General del Ejército
Ministro del Poder Popular para el Transporte Juan de Jesús García Toussaint (21/6/2017- ACT) Mayor General del Ejército
Ministro del Poder Popular para la Defensa Vladimir Padrino López General
Ministro del Poder Popular para la Agricultura Productiva y Tierras Wilmar Castro Soteldo Teniente Coronel
Ministro del Poder Popular de Pesca y Acuicultura Ángel Belisario Martínez Almirante
Ministro del Poder Popular para la Alimentación Luis Alberto Medina Ramírez (24/8/2017- ACT) General
Ministro del Poder Popular para la Energía Eléctrica Luis Motta Domínguez Mayor General de la Guardia Nacional
Ministro del Poder Popular para Hábitat y Vivienda
Manuel Quevedo General de Brigada
Ministro del Poder Popular para la Nueva Frontera de Paz Gerardo José Izquierdo Mayor General del Ejército
Ministro del Poder Popular de Petróleo Manuel Quevedo Mayor General
Como se podrá ver, estos ministerios eran los más importantes, los que manejaban el grueso de los dineros públicos.
GOBERNADORES
Seis gobernadores eran militares:
Ramón Carrizales Apure Coronel; Carmen Meléndez Lara Vicealmirante; Jorge Luis García Carneiro Vargas Comandante del Ejército; Rodolfo Marco Torres Aragua General de Brigada; Henry Rangel Silva Trujillo General en Jefe, Justo Noguera Pietri Bolívar General de Brigada, todos ellos miembros del partido de gobierno, el PSUV.
PDVSA
Cuatro militares estaban en la Junta Directiva de PDVSA, incluyendo el presidente y la Vicepresidente Ejecutiva:
Manuel Quevedo Presidencia, Mayor General; Maribel Parra, Vicepresidencia Ejecutiva, Vicealmirante; Guillermo Blanco Acosta Vicepresidencia de Refinación, Capitán; Rodolfo Marco Torres, Director Externo, General.
En este caso se daba el absurdo que Maribel Parra, la Vicepresidenta ejecutiva de PDVSA era también miembro de la Junta Directiva de la empresa CAMIMPEG, contratista de PDVSA, lo cual representa un verdadero incesto gerencial, ya que había conflicto de intereses y violación de normas empresariales elementales
CVG
Los presidentes de esta empresa entre 2004 y 2017 han sido en su mayoría militares:
Antonio López Reyna; Rafael Sánchez Márquez; Francisco Rangel Gómez; Daniel Machado Rafael Gil Barrios; Carlos Alberto Osorio; Justo Noguera Pietri.
Los presidentes militares de las empresas han sido:
CVG Venalum Aluminio primario Edgardo Alfonso Zuleta Rausseo, General de División
CVG Alcasa Aluminio Noel Martínez, General de División
SIDOR Hierro Justo Noguera Pietri, General
Briqven Comercialización de Briqueles Giovanny Tovar, General de Brigada
CVG Ferrocasa Construcción Juan Antonio Ferro Fernández, General
Empresas adscritas al ministerio de la Defensa
Existen docenas de empresas adscritas al Ministerio de la defensa. Por ejemplo, OCAMAR es una empresa de servicios portuarios, la cual está plagada de corrupción, le hace competencia al Puerto de Puerto Cabello ofreciendo tarifas más baratas pero de dudosa calidad. Según nos reporta Transparencia Internacional, capítulo de Venezuela en el informe citado, en once años estas empresas nunca han presentado cuentas
Sector Alimentación.
De los once ministros que han estado a cargo de la misión alimentación, diez han sido militares. Este sector ha sido un monopolio del sector militar y es uno de los más corruptos del régimen.
Rafael Oropeza, General 2004 – 2008;
Félix Osorio, Coronel del Ejército 2008 – 2010;
Carlos Alberto Osorio Zambrano, Mayor General 2010 – 2013;
Félix Osorio, Coronel del Ejército 2013 – 2014;
Hebert García, Mayor General 2014;
Iván José Bello, Coronel 2014 – 2015;
Rodolfo Clemente Marco Torres, General 2016 – 2017;
Carlos Alberto Osorio Zambrano, Mayor General 2015;
Luis Alberto Medina Ramírez, Mayor General
En Septiembre 2016 se crearon supervisores por rubros alimenticios, dándole a un militar la responsabilidad (y el poder) sobre la distribución de ciertos alimentos, a saber:
Aceite: General de Brigada Jorge Pérez. • Arroz: General José González. • Avícola: Contralmirante Ángel Rueda. • Azúcar: General de Brigada Ludwing Palima. • Carne bovina: General de División Luis Jiménez. • Café: Contralmirante Juan Jiménez. • Caraotas: General de Brigada Reynzer Rojas. • Artículos de higiene personal: General de Brigada Fernando Prieto. • Farmacéutico: General de División Juan Rivas. • Harina de Maíz: Vicealmirante Freddy Lozada. • Lácteos: General de Brigada José Gregorio Pérez. • Maíz Amarillo: General de División Javier Antonio Rosales. • Margarina: Contralmirante Adolfo Contreras. • Papel higiénico, toallas sanitarias y pañales desechables: General de Brigada Manuel Vera. • Trigo: General de División Francisco Yánez. • Pescado: Vicealmirante Luisa María Lozada. • Carne porcina: General de Brigada Rubén Barreto. • Soja: General de Brigada José Jesús Hernández.
FINANZAS
Los militares han tenido participación decisiva en el manejo de las finanzas públicas. En 2017 controlaban siete organismos financieros, incluyendo bancos y empresas de inversión, en los cuales manejaron durante ese año la suma de Bs. 23.000 millones y unos 3500 empleados. En su informe Transparencia Internacional, Capítulo Venezuela pregunta:
¿Cuál es el capital de esos entes? ¿Cuál es la inversión que se ha hecho y cuánto es el valor de sus bienes muebles e inmuebles? ¿Cuáles son los beneficios reales, financieros y no financieros de estos entes? ¿Qué tanto se usan estas estructuras para controlar sectores, grupos, comunidades y electores?
Para ninguna de estas preguntas ha habido respuestas.
SENIAT. El sistema de recolección tributaria está en manos de David cabello, hermano de Diosdado Cabello, ambos militares, el último indiciado como Zar del narcotráfico.
En la agroindustria, la construcción, industrias, turismo, telecomunicaciones, en todos los sectores del régimen hay significativa participación militar. Los militares son contratados por la administración pública sin control alguno. El informe de Transparencia Internacional, capítulo Venezuela, menciona la cantidad de unos 1200 militares activos contratados a título individual por el estado, derivando por lo tanto dobles ingresos, presumiblemente sin control alguno.
CORRUPCIÓN MILITAR
La corrupción del sector militar en función de gobierno ha sido trágica. Un informe del Diario de las Américas, ver: https://www.diariolasamericas.com/america-latina/vinculan-altos-jefes-las-fuerzas-armadas-venezuela-el-crimen-organizado-n4131121 ofrece datos alarmantes sobre la magnitud y extensión de la corrupción en las fuerzas armadas venezolanas. Dice: “La incorporación de altas figuras del Gobierno de Venezuela, en la lista de Oficina para el Control de Activos Extranjeros (OFAC) en la que se incluye al propio presidente Nicolás Maduro, al vicepresidente Tarek El Aisami, ministros, importantes figuras del Gobierno y altos jefes militares, compromete al Gobierno de manera estructural con el crimen organizado. Así lo han señalado autoridades federales e importantes informes emanados del senado de Estados Unidos”. Es decir, hace a los militares venezolanos miembros de una cleptocracia regional en la cual están involucrados delincuentes políticos, corporativos, civiles y militares, todo un ejército del crimen.
Los crímenes incluyen narcotráfico, lavado de dinero, contrabando de extracción, importación de comida con sobreprecios, fraudes en los sistemas de distribución de alimentos y sobreprecios en la compra de armamentos. Entre los narcos mencionados están Hugo Carvajal, Luis Motta Domínguez, Néstor Reverol, Luis Acosta Carles, Henry Rangel Silva y Diosdado Cabello. Entre los lavadores el informe menciona a Alejandro Andrade, Rodolfo Marcos Torres, Adrián Velásquez, Claudia Díaz Guillen.
CONTROL DE CAMBIOS
En este sector la corrupción ha sido monumental. Por ejemplo, el caso del general Manuel Barroso, quien entre 2006 y 2013, es decir durante siete años, fue presidente de la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi), el organismo responsable del robo de 25 mil millones de dólares, según denunció el exministro de Hugo Chávez, Jorge Giordani. Luego este militar fue enviado a Brasil como Agregado Militar en aquel país, protegido por el Clan de Dioosdado Cabello. Ver: https://www.infobae.com/america/venezuela/2019/11/13/quien-es-manuel-barroso-el-general-chavista-acusado-por-corrupcion-que-esta-atrincherado-en-la-embajada-de-venezuela-en-brasil/
LA CORRUPCIÓN DOCTRINARIA
Quizás peor que la inmensa corrupción material llevada a cabo por los miembros de la Fuerza Armada a todos los niveles, desde el alto mando militar, pasando por los centenares de generales de historietas, hasta llegar a los soldados rasos y la grotesca milicia de desocupados, debemos resaltar el crimen cometido contra los principios y valores de la institución por sus líderes.
El discurso del liderazgo militar entregado al chavismo ha sido uno de llamado a defender hombres y tribus, no a la Nación, o sus leyes y sus ciudadanos, lo cual es la verdadera razón de ser de una Fuerza Armada. Todos los ministros de la defensa de la era chavista/madurista han alimentado la tesis de que la institución está al servicio de la “revolución”, que quienes no se identifiquen con esa “revolución” jamás podrán llegar al poder político, ya que ellos, los militares bloquearán ese acceso. Ese liderazgo consagra en sus discursos un golpe de estado permanente. Ver: https://www.youtube.com/watch?v=RNYO9dGRi9s .
Esta postura traido0ra del ministro de la defensa actual es la misma que han asumido todos los líderes de la Fuerza Armada venezolana desde 1999 en adelante. Han sido 20 largos años de traición sin atenuantes, sin disimulo.
¿QUE HACER CON LA FUERZA ARMADA VENEZOLANA, SI ES QUE PUDIÉRAMOS DECIDIR SOBRE SU FUTURO?
Esta es la situación de la Fuerza Armada venezolana. Nos preguntamos si hay una salida honorable para ella y nos permitimos dudarlo. La podredumbre es demasiado intensa y extensa, demasiado impúdica, demasiado orgullosa de su crimen, para encontrarle justificación. No hay perdón posible para ella.
Venezuela no tendrá nunca un sitio entre los países civilizados del planeta si mantiene viva esta institución. Su única vía a la redención pasa por su eliminación y la creación de un modelo diferente de defensa territorial y de seguridad.
Sin embargo, ello no parece ser posible, al menos en el corto plazo, no porque no exista la convicción de que deba hacerse sino porque la institución misma tiene el poder de impedirlo. Tiene las armas, se ha convertido en la gran secuestradora de la democracia y de la libertad y no está supeditada al poder civil ni a las leyes. Frente a esta realidad se abren diversos escenarios para Venezuela:
TRES ESCENARIOS
1- LA AUTO-LIMPIEZA
Este escenario requiere un cambio radical deL poder político, de las manos del chavismo/madurismo a un gobierno democrático, con libertades ciudadanas y el apoyo de las naciones civilizadas del planeta. En ese nuevo entorno sería posible un profundo proceso de auto-limpieza que involucre, no solamente el castigo ejemplar de los traidores, sino un cambio radical de filosofía del papel del militar venezolano en la sociedad, un papel orientado a la existencia de una Fuerza Armada de modesto tamaño, muy especializada en sus tareas de defensa y salvaguarda territorial y objetivamente subordinada al poder civil. En el mejor de los casos este sería un proceso lento, de prédicas y educación constantes, el cual siempre estaría en peligro de revertirse a la perversa filosofía pretoriana, ya sea explícita como en el chavismo o disimulada como en el sistema bipartidista adecopeyano de la segunda mitad del siglo XX.
2- EMPANTANAMIENTO CRÓNICO
Bajo este escenario la relación entre la Fuerza Armada y la sociedad venezolana permanece esencialmente inalterada, con los militares ostentando un papel de protagonistas en la vida política venezolana, obteniendo parcelas de poder y de beneficios indebidos y violatorios de su misión. En este escenario el apoyo de la Fuerza Armada al sistema democrático tendría que comprarse, tal y como ha venido sucediendo – con pocas excepciones – desde hace más de un siglo. El impacto de este escenario en la vida venezolana será uno de mediocrización, perpetuándose su carácter de república bananera.
3- ELIMINACIÓN DE LA INSTITUCIÓN Y REMPLAZO POR UN NUEVO MODELO DE SEGURIDAD Y DEFENSA
Bajo este escenario el país decide eliminar de manera instantánea o progresiva la Fuerza Armada venezolana, remplazando la institución por una combinación de organismos especializados de seguridad policial y territorial de modesto tamaño, acuerdos internacionales de protección contra invasiones a su territorio y algún tipo de modelo de ejército ciudadano parcial, a lo Suiza. Los ejemplos a seguir existentes no son numerosos y se encuentran en países de pequeño tamaño y escasa población. No sería fácil, admito, llevar esto a cabo, aunque, de lograrlo, el país se podría ahorrar no solamente el inmenso costo directo e indirecto que representa mantener una Fuerza Armada esencialmente desocupada sino la continua amenaza que tal institución, mal concebida, intervenga para desestabilizar el equilibrio político, social y económico de la Nación.
CONCLUSIÓN
Venezuela deberá enfrentar su realidad si desea sobrevivir en buena forma, como miembro de la comunidad civilizada de naciones. De lo contrario, nuestra sociedad estará destinada a permanecer en los escalones inferiores del desarrollo material y espiritual. Sería una lástima que esto ocurriera ya que el venezolano posee cualidades positivas que, de ser complementadas con políticas públicas sensatas, podrían llevarlos a estructurar una sociedad raz0nablemente feliz. Tal como ella existe hoy no es motivo de orgullo para nadie.
El verdadero amor no radica en desconocer o tapar los problemas y defectos de lo que se ama sino reconocerlos, sin llegar a la auto-flagelación, a fin de tomar acción para resolverlos.