Soy de los que piensa –lo he escrito antes– que Venezuela no vive tiempo de líderes sino de próceres. Nuestros héroes de la Independencia lucharon contra el imperio español que no era ni remotamente tan salvaje y cruel como el chavismo: la tiranía del narcotráfico, la trata humana, el crimen caótico, la corrupción y la tortura. Un líder no los vencerá, un prócer sí.
Alcanzar la libertad de nuestro tiempo no ha sido ni será tarea fácil, sin embargo, en los últimos años hemos adelantado mucho. El sacrificio ha sido legendario. ¿Lo lograremos?
¿Dónde están los próceres?
Lamentos, gritos y quejidos
He sido crítico porque la situación venezolana es crítica. Mi mordacidad se acompasa con la irritación del tiempo que padecemos. Mis palabras –a veces lamentos, otras veces gritos, la mayoría: quejidos de socorro– son la expresión más fidedigna de la angustia popular, de la rabia de un pueblo que agoniza. Por ello no soy un complaciente opinador de élites, no puedo serlo, no lo seré jamás. Soy un incómodo ciudadano que vocifera una angustia histórica. La angustia del pueblo, la agonía de la nación.
Mi misión histórica no es política, no gano voluntades; mi misión es libreprensadora y crítica, es crear conciencia. Opinar para sensibilizar y movilizar.
¿Lo he logrado?
El aspecto no conocido de la prósperidad
Sé que hemos cometido muchos errores y que el propósito de cesar la usurpación no se ha logrado, pero el que en ese aspecto, sin duda primordial, no se haya alcanzado el objetivo no denota que en otros aspectos los avances no hayan sido significativos. Dos aspectos donde los alcances han sido vitales lo representan, por un lado, la aplastante victoria diplomática y, por otro, el juicio moral y comunicacional contra la tiranía a nivel mundial (que está sentenciada, como debe ser, como criminal, corrupta y narcotraficante por la opinión pública internacional de manera casi unánime).
Un tercer aspecto –muy poco mencionado y desconocido– que constituye otro enorme alcance estratégico lo representa el Plan País, lamentablemente ha pasado desapercibido. ¿Por qué?
¿Se logrará exponer que ya hay una ruta hacia la prosperidad?
Un país con plan para rehacerse a sí mismo
Tuve la oportunidad de escuchar una presentación multidisciplinaria que atendía el aspecto económico del Plan País y quedé a un tiempo admirado y esperanzado. Miles de horas hombre del mejor talento venezolano se han empleado para lograr una síntesis no sólo política, sino económica y social que guiará a Venezuela desde el cese de la usurpación, por la transición, hasta la ansiada democratización de la prosperidad.
Impecable lo que vi, sí, verdaderamente inspirador observar el diálogo inteligente, técnico, pero sobre todo humano que estructura la transición del caos y el hambre en Venezuela hacia el bienestar. No todo está perdido, créanme, se está trabajando mucho y bien. ¡Enhorabuena!
Lograremos la prosperidad sin duda. En Venezuela está todo por hacer. ¡Hay plan!
El coraje y la honestidad intelectual
Cuando hay que ser crítico hace falta la conciencia para serlo, pero cuando hay que reconocer y enaltecer esfuerzos políticos hay que tener el coraje y la honestidad intelectual para exponerlo. El trabajo de los diputados Juan Mejía, José Guerra y Elías Mata (me disculpo si omito alguno), junto al de Alejandro Plaz, Asdrúbal Oliveros, Ellis Juan y Alejandro Grisanti, operadores y asesores económicos del gobierno interino del presidente Juan Guaidó, no sólo es sobresaliente, es magnífico, se han dado a la peliaguda tarea de hilvanar un plan técnico de reconstrucción nacional que ya existe y es muy bueno.
No exagero, de verdad, no lo hago. Puedo garantizar que se ha logrado articular un plan nacional que nos llevará no sólo al bienestar económico, sino hacia la seguridad social y política tan anhelada por nuestro pueblo.
¿Lo sabías?
Los próceres de la prosperidad
Sé que no lo sabías porque yo tampoco lo sabía hasta hace poco. Quizá esa sea mi única crítica a tan magnífico esfuerzo y tan encomiable trabajo en el que han participado, además de esmerados políticos, centenares de especialistas y talentosos venezolanos. La poca, nula o quizá ineficiente comunicación política con que se ha presentado tan inspirador y apremiante plan es su único punto débil, punto que es el más fácil de solucionar. ¿Lo solucionamos?
Hay que presentar y comunicar el Plan País a cada venezolano, a estudiantes, empresarios, gremios, agricultores, emprendedores, políticos, académicos, líderes de opinión e “influencers”, dentro y fuera de Venezuela, hay que hacerlo sin complejos, con orgullo. Hay que exponerlo porque quien conozca la ruta se comprometerá a luchar –como prócer– por ella.
Y luchar por la prosperidad es crear otra Venezuela hasta producirla.
La reinvención está escrita
Hay plan y es excepcional. ¿Quieres reinventar desde las cenizas a Venezuela?, conoce el Plan País y participa activamente en él. La Venezuela de la oportunidad, de la riqueza, de la libertad, la prosperidad y el bienestar está por inventarse toda. Tú eres su creador, tú eres su prócer. Todos y cada uno de nosotros tenemos un rol que cumplir l. La diáspora es fundamental en este proceso, con la experiencia adquirida, su regreso será crucial para alcanzar la Venezuela soñada. Sé que es temprano augurar éxito –aunque no lo dudo–, pero anima saber que hay una ruta y que esa ruta está pensada y desarrollada por excepcionales venezolanos de nuestros tiempos.
No hemos alcanzado la libertad, estoy claro, pero hemos adelantado en muchos otros vitales aspectos. A veces somos muy críticos con nuestros políticos, quizá excesivamente críticos, la justificación es el dolor de nuestro tiempo, en esta ocasión es injusto y deshonesto ser crítico, no puedo serlo…, no podemos serlo.
Los diputados y el equipo de gobierno están haciendo las cosas muy bien. Hay plan, eso es lo fundamental. Cesemos la usurpación para activarlo.
La reinvención está escrita, ya comenzó…