La comunidad judía de Viena ha suspendido este martes todas sus actividades y cerrado sinagogas, escuelas y tiendas, al tiempo que ha recomendado a sus miembros no salir a la calle, al entender que no está garantiza su seguridad tras el atentado islamista que ayer dejó cuatro muertos y dieciocho heridos en la ciudad.
“Por eso, no está garantizada la seguridad de las instituciones judías. Por eso: ¡quédense en casa!”, advirtió la comunidad en un correo electrónico a sus miembros, un aviso basado en la evaluación de la seguridad interna y de la unidad antiterrorista de la Policía austríaca.
Uno de los autores del ataque, nacido en Austria de padres macedonios, fue abatido por la Policía, pero al menos otro presunto atacante está aún en busca y captura, por los que las autoridades han pedido a toda la población que evite salir a la calle y, sobre todo, que no se acerque al centro de la ciudad.
El terrorista muerto, de 20 años, tenía antecedentes penales por haber tratado de unirse al grupo yihadista Estado Islámico en Siria.
“Por suerte, el rezo de la noche (ayer) ya había terminado, igual que las oficinas (de la comunidad) ya estaban cerradas. También el restaurante kosher Alef Alef estaba cerrado cuando sucedió el ataque, a diferencia de la noche anterior”, señala el mensaje.
La serie de ataques comenzó sobre las 20.00 hora local en la calle peatonal en la que se encuentra la sinagoga central de Viena y las oficinas administrativas de la comunidad hebrea.
Por eso, concluye la comunidad, un “motivo antisemita de los terroristas islamistas es evidente, aunque no está confirmado”.
La comunidad judía de Viena tiene unos 8.000 miembros y cuenta con una veintena de sinagogas, varias escuelas y guarderías, supermercados y otras instituciones comunitarias.
EFE