Desde el 3 de noviembre, día de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, la red social Twitter señaló como “engañosos” diez de los últimos 50 tuits publicados por el presidente estadounidense, Donald Trump, quien busca la reelección frente al candidato demócrata Joe Biden, en unos comicios que aún no tienen un ganador ya que se siguen escrutando votos en algunos estados.
En su política de integridad cívica, Twitter tiene prohibido usar sus servicios “con el fin de manipular o interferir en elecciones u otros procesos cívicos” que incluye “publicar o compartir contenido que pueda disuadir la participación o engañar a las personas sobre cuándo, dónde o cómo participar en un proceso cívico”. A juicio de la red social, Trump incumple con sus reglas y políticas, por lo que cada vez que el mandatario publica información que la empresa norteamericana considera engañosa, lo advierte en el mismo tuit, para que los usuarios estén prevenidos de lo que van a leer.
Para Twitter, hay cuatro categorías de contenido relacionados con los procesos cívicos que incumplen con sus políticas: información engañosa sobre cómo participar, disuasión e intimidación, información engañosa sobre los resultados y afiliación falsa o engañosa.
En uno de sus últimos tuits, Trump escribió que “Twitter está fuera de control, que fue posible gracias al regalo del gobierno de la Sección 230?. El estadounidense hace referencia a la Ley de Decencia en las Comunicaciones que limita las responsabilidad de las plataformas en relación al contenido que se publica en sus sitios aunque les permite establecer normas comunitarias. El republicano firmó el pasado 28 de mayo una orden ejecutiva para que se revise y modifique esa sección.
La relación entre Trump y las redes sociales más populares no es buena. Hace unas semanas, el presidente estadounidense reprobó a Facebook y Twitter por censurar un artículo crítico del New York Post hacia Biden.
El diario había publicado una nota en la que aseguraba haber obtenido una computadora abandonada de Hunter Biden, hijo del demócrata, que implicaba a su padre en sus negocios en Ucrania.
“Qué terrible que Facebook y Twitter quitaran la historia de los correos electrónicos de ‘Pistola Humeante’ relacionados con Joe Biden y su hijo Hunter, en el New York Post,” expresó Trump. “Es sólo el comienzo para ellos. No hay nada peor que un político corrupto”, añadió.
Las elecciones en Estados Unidos aún no tienen un ganador. Hay cinco estados (Alaska, Georgia, Carolina del Norte, Nevada y Pensilvania) donde continúa el escrutinio de votos. Por el momento, Biden se impone a Trump por 264 electores a 214 y se encuentra al frente en Nevada, Pensilvania y Georgia. De ganar cualquiera de esos estados, se convertiría en el nuevo presidente de Estados Unidos.
Sin embargo, Trump aseguró que no aceptará la derrota y que recurrirá a la Corte Suprema para que intervenga en el proceso electoral.
Consultado en septiembre si, en caso de perder, se comprometía a una transferencia pacífica del poder, el presidente se negó a responder con claridad.
“Vamos a tener que ver qué pasa (…) No habrá transferencia, francamente, habrá una continuación. Las papeletas están fuera de control”, dijo en referencia al voto por correo, cuya legitimidad ha puesto en duda repetidamente pese a que es un sistema totalmente instaurado en el país.
Un día después, en una iniciativa inusual, el Senado aprobó por unanimidad una resolución que reafirmaba su compromiso con que “no haya interrupciones por parte del presidente ni de ninguna persona en el poder para anular la voluntad del pueblo estadounidense”.
“El ganador de las elecciones del 3 de noviembre será investido el 20 de enero. Habrá una transición ordenada, tal como la ha habido cada cuatro años desde 1792”, tuiteó entonces el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell.